El Cabildo de Gran Canaria, en opinión de La Vinca Ecologistas en Acción, no gestiona adecuadamente el campo de Entrenamiento para Perros de Caza, donde se vienen produciendo de manera reiterada serias afecciones a aves protegidas y a vecinos de las zonas aledañas.

En fechas recientes integrantes de La Vinca-Ecologistas en Acción procedieron a presentar denuncia ante el Cabildo de Gran Canaria por lo que consideran una gestión poco acertada por parte de dicha institución de la Zona de Entrenamiento de Perros de Caza ubicada en el municipio de Firgas, concretamente en las laderas ubicadas sobre la Presa de La Marquesa, en los límites con el municipio de Arucas.

Según denuncian los ecologistas norteños «hace sólo unos días fue recogido un ejemplar de alcaraván -ave protegida existente en la zona- herido, que se mostraba incapaz de volar ni de correr, por unos vecinos del caserío firguense de La Umbría». El ave fue recogida en la tarde-noche del domingo 4 de junio, primer día de utilización oficial del Campo de Entrenamiento para Perros de Caza, y entregada en las dependencias del Cuartel de la Guardia Civil en Arucas, a donde se acercaron a recogerla para su cuidado personal del centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira.
El encuentro con esta ave no es extraño ya que en las cercanías de la zona delimitada para el adiestramiento de perros de caza existe una importante colonia de alcaravanes, un ave esteparia que según datos del Gobierno de Canarias ronda aproximadamente las 250 parejas en toda la isla.

Las principales quejas en cuanto a la gestión de dicho área vienen centradas, según los medioambientalistas, en «la falta de criterios adecuados a la hora de delimitar el espacio, la falta de control de los cazadores y sus animales que deambulan por la zona protegida para el alcaraván con sus perros al dirigirse hacia el área de entrenamiento, la escasa vigilancia, el descontrol en el número de usuarios del área, el pasado fin de semana parecía que se estuviese celebrando una romería en aquellas laderas -según hemos podido constatar durante varios fines de semana-, el escaso control de los perros que se acercan a propiedades privadas acusando molestias a los vecinos del lugar y a sus propiedades -asustan y molestan a los animales domésticos-…».

Los ecologistas «lamentan este tipo de actitudes, que entienden que son causadas por grupos minoritarios, ya que desde el colectivo ambientalista se muestra un total respeto a los cazadores, personas que ejercen la práctica de una actividad legal y reglada como es la Caza, personas que en la mayoría de las ocasiones llevan a cabo un actividad respetuosa con el medio ambiente -nosotros sabemos que quienes no actúan así son una minoría- y que juegan un papel destacado y fundamental en el control de unas especies cinegéticas como los conejos que causan graves daños a la agricultura local -y por tanto a los agricultores- y a las especies vegetales endémicas de Canarias».

Para evitar este tipo de acontecimientos, los ecologistas norteños se han dirigido al Presidente del Cabildo de Gran Canaria solicitándole «que se adopten medidas para evitar este tipo de situaciones, así como que se incrementen las medidas de vigilancia en la zona para que sean compatibles la protección del medio ambiente, el respeto por las especies faunísticas amenazadas, el disfrute de los vecinos de sus propiedades y de sus animales domésticos y la práctica de la caza, una actividad que reúne a miles de grancanarios cada fin de semana en nuestros campos».