Ecologistas en Acción de Sevilla señala la profunda contradicción en la que nace este Plan de Transporte Metropolitano, sin que haya un Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAUS) en vigor que ponga coto a los actuales despropósitos urbanísticos y ordene los usos que se van a establecer en el territorio con una visión supramunicipal de mayor alcance que la actual.

Esta circunstancia resta gran parte de la razón de ser del Plan de Transporte, que pretende ordenar el caótico modelo de movilidad metropolitana a la vez que asume los desaforados e injustificables crecimientos urbanísticos en baja densidad que encontramos en toda el Área Metropolitana de Sevilla y que son la causa precisamente de este colapso en el sistema de transporte.

De esta manera, sólo los crecimientos urbanísticos previstos en el Aljarafe (150.000 nuevas viviendas) propiciarán que la capacidad de población proyectada en conjunto supere, sólo aquí, los 250.000 previstos por el Plan de Transporte para todo el Área Metropolitana en el 2020.

El Plan de Transporte Metropolitano, por su parte, establece dos escenarios distintos hasta 2020: el tendencial (con la “evolución previsible” considerando la no intervención, escenario éste claramente insostenible) y el escenario corregido (que se pretende viable una vez incorporadas las actuaciones contempladas en el Plan). Desde Ecologistas en Acción de Sevilla estimamos que incluso este “escenario corregido” que plantea el Plan es rotundamente inviable, puesto que, aún alcanzando un reparto modal más favorecedor del transporte público que el actual (gracias a las inversiones en transporte público), aprueba y asume un incremento considerable en la movilidad mecanizada, que pasaría de 1.546.254 viajes/día en el total del ámbito metropolitano en 2004 a 2.194.568 viajes/día en 2020. Particularmente, el “escenario corregido” asume un incremento de la movilidad mecanizada en transporte privado de 1.183.051 viajes/día en 2004 a 1.433.436 viajes/día en 2020. En definitiva, aún lográndose un mejor reparto modal y una mayor participación del transporte público, el aumento neto de los desplazamientos en transporte privado y la mayor longitud de estos desplazamientos (debido a la mayor extensión del Área Metropolitana en 2020 que se desprende de los crecimientos urbanísticos en curso) supondrán un mayor consumo de recursos energéticos, mayor contaminación por emisión de gases procedentes de los combustibles fósiles empleados, mayor colapso del viario y, en suma, una mayor agudización de los rasgos de insostenibilidad ambiental, económica y social que ya hoy día se observan en lo que concierne al sistema de movilidad en la aglomeración urbana de Sevilla.

Creemos que el Plan de Transporte, si de verdad pretende hacer sostenible el modelo de movilidad en el Área Metropolitana, debe plantearse poner fin al crecimiento indefinido de la movilidad motorizada, invirtiendo solamente en actuaciones encaminadas a ganar accesibilidad a pie, en bicicleta y en transporte público colectivo. Es imprescindible generar un aumento de la movilidad en medios no mecanizados e interrumpir el incremento de la movilidad mecanizada, generando, en ella, un trasvase de viajeros desde el transporte privado al público y al no mecanizado.

En consecuencia, las inversiones en carreteras deben tener menor prioridad que los restantes modos de transportes, sólo debiéndose acometer aquellas obras que tienen por fin mejorar la accesibilidad del transporte público y de los medios no mecanizados, vetándose en todo caso aquellas obras que pudieran generar un aumento de la movilidad mecanizada en medios privados.

Por ello, desde Ecologistas en Acción de Sevilla estimamos necesaria una moratoria en la construcción de grandes infraestructuras viarias que puedan generar un incremento de la movilidad mecanizada en medios privados: los nuevos trazados propuestos Albaida-Salteras-Valencina-Castilleja de Guzmán, Salteras-Gines, circunvalación de Valencina, desdobles generalizados, SE-40, etc. Consideramos mucho más necesario mejorar la red actualmente existente, ensanchándola donde sea necesario para la instalación de un carril reservado al transporte público colectivo, carril-bici e itinerarios peatonales, modos que ganarán así accesibilidad. Por el contrario, la promoción de nuevos trazados viarios para el uso mayoritario del coche privado no hace sino agudizar el escenario de colapso que el propio documento de Avance esboza, al tiempo que sirve de «efecto llamada'» a nuevas expectativas urbanizadoras generadoras de una mayor movilidad en medios mecanizados y por lo tanto realimentadoras del proceso, haciendo rápidamente insuficientes y caducas las carreteras que se despliegan para, paradójicamente, resolver la situación de colapso.