Cuando a mediados de los años 80 los ecologistas gaditanos conseguimos de la Administración andaluza el compromiso de elaborar un Plan de Saneamiento Integral del Río Guadalete, nuestra propuesta se planteaba más amplia que la sola depuración de los vertidos que hasta el momento se venían realizando y contemplaba la depuración de vertidos, la regeneración de las riberas y la recuperación del Dominio Público Hidráulico. Si bien es cierto que en la depuración de vertidos algo se ha avanzado en los otros aspectos de la recuperación no se ha hecho nada.

La cuenca baja del Guadalete es un desastre. Las canteras tienen las riberas del rio destrozadas, la eliminación de la vegetación de ribera es permanente en algunos tramos, y las ocupaciones del Dominio Público Hidráulico están a la Orden del Día. Pero desde la Consejería de Medio Ambiente se dice que la recuperación del Guadalete ya está concluida. Nada más lejos de la realidad.

Un ejemplo cercano, es la situación que del Guadalete a su paso por la zona de La Cartuja – Barriada de La Corta en Jerez. La deforestación de la ribera avanza por días, la basura se dispersa por donde quiera que se mire, se efectúan rellenos con escombros que van comiéndole terreno al río, se quita todo vestigio de vegetación en el DPH para convertirlo en zona de huertos, las alambradas campan a sus anchas impidiendo toda posibilidad de acceso a la ribera, sin que nadie ponga freno, y las construcciones en el Dominio Público siguen el mismo camino.

En cualquier lugar civilizado que gozase de un lugar emblemático como es este paraje de nuestro río Guadalete, lo tendrían suficientemente mimado y cuidado como para permitir con ello el disfrute de los ciudadanos.

Por esta situación de abandono nos hemos vuelto a dirigir a los responsables, D. Juan Carlos Camas Peregrino, Dtor. Gral. de la Cuenca Atlántica Andaluza adscrita a la Agencia Andaluza del Agua y a Dña. Teresa Vega Muñoz, Delegada Municipal de Medio Ambiente, para pedirles de nuevo que esto no siga produciéndose.

Con la esperanza e ilusión de que de una vez por todas se planteen con seriedad el problema y por lo menos no permitan que los desaprensivos sigan atentando contra este ecosistema y sigan degradándolo en beneficio propio.