Comentan las personas de más avanzada edad que antiguamente las personas que vivían en aldeas como el Cañuelo, Castil de Campos o Zagrilla o en cortijos diseminados por la sierra se desplazaban a Priego caminando, con motivo de la feria o de cualquier otro evento o necesidad. Hoy en día casi nadie puede salir sin el coche ni a tomar un café dentro de su mismo barrio. Pero… ¿suele pensarse en el coste económico y ecológico que conlleva este tipo de conducta?, ¿no debería usarse el coche como necesidad y no como capricho?. Pues bien, los números siguientes quizás hagan cambiar de idea a muchas personas, aunque sea por razones económicas, ya que las ecológicas, a muchos ni les va ni les viene.
Haciendo cálculos para diversos coches, marchas y potencias, el consumo en un Diesel moderno, última tecnología tanto en mecánica como en nivel de emisiones de CO2, si no sobrepasa los 100 CV, viene a ser de entre 5 y 6,5 l/100 km en ciudad, aunque habría que recalcar ciertos matices, ya que dicho consumo se calcula con el coche ya caliente, sin pararlo y sin atascos, necesidad de aparcarlo… Si extrapolamos una situación real del uso de un coche, con atascos, semáforos, innumerables vueltas para encontrar aparcamiento, parar en lo de la amiga o el vecino para saludarlo, etc… este consumo se puede ver aumentado hasta los 7 – 9 l/100 km, y eso sí, siempre hablando de un coche moderno, en un coche viejo, véase de más de ocho años, este consumo se puede disparar hasta los 11 litros o más.
Pues haciendo un sencillo cálculo matemático, el precio del kilómetro en este tipo de coches, puede llegar a costarnos de entre 6 a 9 céntimos de euro, si en Priego, el recorrido medio es de 2,5 km, el viajecito nos puede llegar a costar de entre las 25 ptas, hasta las 60. Si se coge el coche para ir y venir a trabajar en tan corto trayecto, por ejemplo, esto supondría unas 40.000 mil ptas al año, y viendo el tráfico como está hoy, tan solo supone el llegar al lugar de destino 4 minutos más tarde.
Si los mismos cálculos se hacen para coches más potentes, los números se disparan hasta los 14 l/100 km, lo que puede suponer un café con un recargo adicional de 66 ptas, y si se comprueba con un gasolina la cosa todavía es peor, ya que en trayectos tan cortos, se pueden alcanzar los 15 l/100 km para coches de 90 CV o de más de diez años, y los 20 para coches de más de 130 CV, lo que supone un precio por viaje de entre 50 y 78 ptas.
En cuanto a los costes ambientales, el precio es si cabe todavía más caro, ya que un litro de gasoil libera, teóricamente, 2,67 kg de CO2, y uno de gasolina, 2,13 kg de CO2, siempre que la combustión fuera perfecta, cosa que no es así nada más que en coches muy avanzados tecnológicamente, en coches antiguos, ese humo negro que sale del tubo de escape se compone de monóxido de carbono (un veneno mortífero), causante del efecto invernadero, partículas nocivas para los pulmones, óxidos de azufre y nitrógeno que causan la lluvia ácida, ozono…..
O sea, que haciendo otro sencillo cálculo, un vehículo nuevo, emitirá entre 0,4 y 0,9 kilos de CO2 en un viajecito corto por Priego (por ejemplo de la estación de autobuses al Paseillo), y uno viejo entre 0,5 y 1 kilo de todas las sustancias antes descritas.
Si catedráticos y expertos del mundo entero, políticos, profesionales, etc… se están empezando ya a preocupar por los efectos del transporte (el 45 % de la contaminación procede de los vehículos a motor), si no, vean las medidas con respecto al tráfico que se van a adoptar en algunas grandes ciudades, por ejemplo, ¿no es hora de que nosotros, el simple ciudadano, tomemos cartas en el asunto, ya que somos el primer perjudicado?, pues esta contaminación produce alergias, trastornos pulmonares, cardíacos, etc… sin hablar del cambio climático que estamos viviendo, y que es el causante de la falta de agua y de la sequía que estamos padeciendo.
Que cada cual actúe en consecuencia, pero el tráfico, aparte de lo dicho antes, resulta notablemente molesto y estresante.