Emisiones en España, por sectores.

Daniel López Marijuán. Revista El Ecologista nº 86.

¿Cuánto se emite?

Entre las actividades humanas responsables del calentamiento global están las relacionadas con la gestión de residuos y, más intensamente, cuando esa gestión es deficiente o inexistente.

Existen 6 gases de efecto invernadero (GEI), entre los que se encuentra el metano (CH4), un gas que se origina a partir de la fermentación anaerobia de todo tipo de desechos orgánicos y que tiene un potencial de calentamiento más de 20 veces superior al CO2. El tratamiento de las aguas residuales y la gestión (o no) de los residuos son los responsables del 4% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en España y el 6,5% de las emisiones de los sectores difusos (residuos, transporte, residencial, agricultura, ganadería…).

De la media docena de GEI (gases de efecto invernadero), tres de los principales están directamente relacionados con la (mala) gestión de los residuos: el CO2 por la combustión de los residuos en vertedero o en incineradoras, el N2O por la gestión de estiércol y purines, y el CH4 por la fermentación anaerobia.

No son solamente los vertederos incontrolados los causantes de la emisión de metano, sino también los presuntamente controlados, porque no controlan, queman o aprovechan el biogás y porque arrojan a los vasos de vertido una cantidad considerable de materia orgánica fermentable, cuando debería ser compostada y aprovechada. Los residuos, a través de fermentaciones anaerobias de la materia orgánica depositada en los vertederos, aportan un 26% del metano total emitido a la atmósfera.

¿Qué evolución pueden tener estas emisiones?

Este es el motivo de la reciente sanción por parte del Tribunal de Justicia de Luxemburgo a 63 vertederos españoles, en Castilla y León y Canarias la mayoría, por incumplir la Directiva 1999/31, que prohíbe verter residuos que no hayan sido objeto de previo tratamiento.

El hecho de que estemos en tercer lugar (en la cola) de los países de la UE en relación con la gestión de los residuos, deja en evidencia el larguísimo camino que nos falta por recorrer para poder cumplir los objetivos de la “Economía Circular” más recientes (julio de 2015): alcanzar el 70% de reciclado de los residuos municipales y limitar la incineración de residuos reciclables en 2020.

De las 343 millones de toneladas de CO2 equivalente que emite anualmente España (datos de 2012), casi 14 millones de toneladas corresponden al sector tratamiento y eliminación de residuos. La cifra es más relevante de lo que parece porque no recoge datos reales de residuos no controlados o de otra procedencia, como por ejemplo, de estiércol de ganado. Si analizamos los datos de vertido de residuos biodegradables, el panorama es insostenible, con más de 5 millones toneladas cada año desaprovechadas y generando metano.

En la Hoja de Ruta 2020 del Ministerio de Medio Ambiente, España debe reducir sus emisiones en los sectores “difusos” (entre los cuales está la gestión de residuos) en un 10% respecto a los niveles de 2005, un compromiso muy débil:

Alternativas

Si pretendemos reducir de verdad un 40% de las emisiones GEI en 2030 en Europa y no superar los fatídicos 2 ºC de aumento de temperatura, se necesita otro modelo de gestión de residuos, porque el actual está agotado. No nos podemos limitar a mitigar las consecuencias del cambio climático, sino que debemos combatir las causas. Las medidas más urgentes y necesarias serían:

  • Implantar de verdad una genuina política de separación en origen y reducción de residuos, con compostaje integral de la fracción fermentable.
  • Aplicar con rigor la tasa al vertido y a la incineración.
  • Reducir los desperdicios alimentarios.
  • Para los vertederos existentes, aprovechar energéticamente el metano para generar electricidad o volcarlo como biogás limpio en la red de gas natural.
  • Extender la producción limpia y desarrollar la economía circular, adoptando la estrategia de Residuo 0.