Transcurridos siete meses desde que el Ayuntamiento de Reinosa acordará en Pleno, y por unanimidad de sus miembros, la redacción de una ordenanza municipal reguladora de la instalación de nuevas antenas de telefonía, sigue sin cumplimentarse dicha resolución y no hay indicios que permitan aventurar que exista voluntad de hacerlo.

Dicho acuerdo estaba precedido por un incidente, como otros muchos, de la instalación ilegal y clandestina de una antena que motivó una fuerte movilización social en circunstancias que se han convertido en muy habituales. El fuerte rechazo de las comunidades de propietarios a albergar o convivir en las cercanías con este tipo de equipos ha motivado que los emplazamientos elegidos se rijan más por el sentido de la oportunidad (allí donde les dejan) que por razones técnicas y, desde luego, sin el más mínimo criterio a la hora de minimizar sus posibles efectos sobre la salud o impacto paisajístico. Por ello no puede extrañar que la Confederación de Asociaciones de Vecinos estime que el 95% de las antenas están mal ubicadas.

Los ayuntamientos tienen amplias competencias en salud pública, urbanismo, protección del medio ambiente, patrimonio histórico, protección civil y de incendios, y por tanto también tienen una enorme responsabilidad en el adecuado y ordenado despliegue de estas antenas y que no es compatible con la actual situación de clandestinidad y nocturnidad que percibimos los ciudadanos. Todo ello justifica la actual situación de alarma social y demanda a las administraciones para que pongan orden y que atiendan no sólo a los intereses de las grandes corporaciones telefónicas.

Estamos en periodo preelectoral y en momentos de elaboración de programas y promesas, esperemos que, con la debida participación social, la ordenanza municipal reguladora de las antenas de telefonía móvil de Reinosa esté concluida antes de terminar esta legislatura para que ningún candidato a la Alcaldía tenga que incorporarla en su programa. Fundamentalmente porque con ello se cumpliría la legalidad y dignificaría a nuestros representantes y a la institución que representan.