Biodiversidad en Europa

Los vínculos existentes entre el uso humano de los recursos y la naturaleza caracterizan la biodiversidad en Europa, entendida como variedad de elementos en la vida y en los procesos naturales. El continente presenta un amplio rango de condiciones socioeconómicas, de tradiciones en el uso de los recursos y de los ecosistemas.

El grado de impacto generado por el ser humano sobre la diversidad decrece como se ha generalmente observado, de Oeste hacia Este por lo que Europa Central y Oriental, aún conservan la mayor concentración remanente de la biodiversidad. No obstante, eso puede cambiar tras la adhesión a la Unión Europea de varios países de Europa central y del este junto con el continuo desarrollo económico que se pueda dar en cualquier otro lugar de la región.

Riqueza de las especies y tendencias

Se estima que en Europa viven aproximadamente 200.000 especies de animales y de plantas, cuya densidad aumenta generalmente siguiendo un eje norte sur hacia la cuenca del Mediterráneo.

Amenaza en Europa

Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de 2004, 571 especies están clasificadas como especies amenazadas en Europa.

Entre esas especies amenazadas, se incluyen: 39 de las 293 especies registradas en Europa de mamíferos ; 29 de las 833 especies de aves reconocidas y 14 de las 116 especies de reptiles. La Lista Roja 2004 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN) recoge y da a conocer los siguientes datos referentes a Europa: se tienen 16 especies amenazadas de anfibios, 64 especies de peces de agua dulce, 174 especies de moluscos, 164 especies de otros invertebrados y 53 especies de vegetales.

Se observan en el continente dos regiones de gran riqueza biológica, la cuenca del Mediterráneo y el Caúcaso; se designan ambas regiones con los términos de Puntos calientes de la biodiversidad “Biodiversity Hotspots”

Sin embargo, áreas pobres en número de especies contienen especies importantes tanto para las actividades humanas como para los procesos naturales, por lo que la riqueza biológica por si sola no puede utilizarse para identificar las zonas con las condiciones adecuadas para ser protegidas.

Europa también es una zona principal de reproducción y de refugio en invierno para especies migratorias. El estado de sus hábitats en el continente es crítico como para asegurar la supervivencia de dichas especies en cualquier parte del mundo.

Hasta la fecha, el seguimiento del estado de conservación de las especies europeas ha sido difícil y en el continente tan solo los mamíferos y las aves están monitorizadas. En la actualidad, se han tomado un cierto número de iniciativas destinadas a mejorar dicha situación.

El Wild Birds Indicator of Birdlife International and European Bird Census Council probablemente el indicador más completo sobre la biodioversidad, demuestra un descenso alarmante en una especie común de ave; esa tendencia también se ha registrado en otros grupos taxonómicos.
Hay poblaciones de mamíferos grandes que en algunos casos están en descenso, como por ejemplo la de osos pardos (Ursus arctos), otras que están estabilizadas, la de lobos (Canis lupus) y en otros casos están en aumento, como es el caso de carcayues, o glotones, (Gulo gulo). La mayoría de esas poblaciones se encuentran en el este de Europa y en el centro de Asia y urge tomar medidas para evitar que el continuo desarrollo económico no constituya una amenaza en aumento para dichas poblaciones.

La Evaluación de Ecosistemas del Milenio “Millennium Ecosystem Assessment”, es una valoración exhaustiva del estado de los ecosistemas del planeta llevada a cabo por unos 1.400 destacados expertos de 95 países, y documenta el hecho de que aproximadamente el 60% de los ecosistemas del planeta está degradado o está gestionado de forma insostenible.

También menciona el hecho de que la diversidad de las especies y su número están disminuyendo a una velocidad hasta ahora nunca alcanzada, lo que supone una gran amenaza al bienestar de las futuras generaciones de seres humanos. Los propios seres humanos son los responsables de la disminución de la biodiversidad

Biodiversidad y agricultura

La agricultura aproximadamente corresponde al 40% del territorio de la Unión Europea (UE) y se lleva más del 50% de su presupuesto.

La intensificación en las prácticas de agricultura en el oeste de Europa, impulsada por la Política Agraria Común (PAC) en la UE, ha conllevado una extensa pérdida y fragmentación de hábitats, una contaminación por un exceso de aporte químico y una pérdida de agua por una demasiada demanda o uso abusivo.

En el Este, a lo largo del periodo caracterizado por un dramático cambio político, el uso de sustancias químicas y del riego descendieron drásticamente. No obstante, situaciones como el abandono de tierras y la falta de cultivos plantean nuevos problemas.

Aunque en la actualidad se están llevando a cabo reformas por parte de la PAC y se han destinado más fondos al desarrollo rural, se requiere un esfuerzo y un trabajo considerable para mejorar el nivel de protección de la biodiversidad.

Biodiversidad y Pesca

Europa ejerce un mayor impacto sobre los ecosistemas marinos debido a sus prácticas pesqueras en aguas europeas y mundiales.

En la actualidad, la sobreexplotación de sus flotas pesqueras ha conllevado un retroceso voluminoso de las especies marinas comunes con más del 80% de la población de peces marinos al borde del colapso.

Se requiere invertir más tiempo en fomentar asuntos sobre la biodiversidad en la Política Común de Pesca (PCP) y mejorar la información controlada sobre el estado de las especies.

A diferencia de la pesca en aguas marinas, la producción en agua dulce y la acuicultura han aumentado sustancialmente en Europa.

El abuso del uso de productos químicos, la introducción de especies cultivadas entre poblaciones salvajes y la demanda de pienso para peces son problemas que tienen que ser abordados e investigados. En la actualidad, los territorios de Europa del este y de Asia central presentan un alto potencial para la acuicultura la cual permanece en estado latente debido a los problemas económicos existentes.

Biodiversidad y Política Forestal

Los bosques cubren casi la mitad de Europa y representan un importante recurso natural en términos sociales, económicos y ecológicos. La gran mayoría de bosques en el continente europeo se encuentran en Rusia y en Escandinavia.
A diferencia de la mayoría de áreas de producción de recursos, la UE no tiene una política forestal que genere inventarios fiables ni datos monitorizados que indiquen y den a conocer las dificultades existentes.
Los bosques encierran importantes reservas de la biodiversidad europea pero se ven amenazados por una degradación y una erosión, una explotación ilegal, una contaminación atmosférica, fuegos incontrolados y un cambio climático.

Entre las acciones favorables a los bosques, se incluyen la promoción o estimulación del esquema de certificación del desarrollo y de la expansión de los bosques, hacia la creciente implementación de Natura 2000 en bosques de todos los estados miembros de la UE y la maximización de las sinergias entre las iniciativas hacia la conservación de la biodiversidad y los planes y promoción de gestión forestal.

Adhesión a la Unión Europea

Las últimas adhesiones a la Unión Europea han incrementado la tasa de población de la UE hasta alcanzar aproximadamente los 158 millones de ciudadanos y ha aumentado la superficie en 58% .
Gran parte de ese territorio en Europa del Este corresponde a amplias superficies íntegras y ricas en especies, lo que hace que sean las últimas y más importantes reservas de la biodiversidad. Especies que en un tiempo pasado eran comunes en Europa Occidental pero que ahora son especies raras, como por ejemplo la codorniz (Crex crex), aún se encuentran en poblaciones abundantes en la Europa Oriental.