Ecologistas en Acción denunció el pasado 22 de noviembre durante la sesión del Comité Andaluz de Humedales celebrada en Baeza (Jaén) el envenenamiento que va a sufrir el río Guadalquivir a la altura de La Algaba, a escasos kilómetros de Sevilla, por el vertido de mercurio, cadmio, arsénico y otras sustancias peligrosas procedentes de La Mina Las Cruces.

Este vertido altamente contaminante fue autorizado en 2003 por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, desoyendo las advertencias del Ministerio de Medio Ambiente de la necesidad de realizar previamente una evaluación ambiental específica para el citado vertido.

La Consejería de Medio Ambiente explicó ante el Comité de Humedales que se está cumplimiento “escrupulosamente” la Ley, pero sin embargo admitió que el vertido venenoso de la Mina Las Cruces va a suponer un incremento del 22% en la cantidad total de mercurio que actualmente se vierte al río Guadalquivir. Los técnicos de la Consejería llegaron a afirmar que el vertido de Mina Las Cruces era “similar” al de algunas depuradoras de aguas urbanas cercanas, pero sin embargo no pudieron explicar por qué entonces no obligan a la Mina Las Cruces a una estrategia de vertido cero, consistente en la reutilización de su propia agua contaminada en vez de verterla al río Guadalquivir, dado que la Mina usa precisamente agua procedente de la cercana depuradora de San Jerónimo.

Esta autorización “escrupulosa” de vertido venenoso de mercurio, subvencionada por la Junta de Andalucía con 10'55 millones de euros (más de 1.750 millones de pesetas), entra en contradicción con la “Estrategia comunitaria sobre el mercurio” (COM (2005) 20 – Diario Oficial C 52 de 2.3.2005) aprobada por la Comisión Europea el 28 de enero de 2005, que admite que la alimentación es una de las principales vías de exposición al metilmercurio (mercurio en contacto con el agua, la forma más tóxica).

De hecho, Stavros Dimas, comisario europeo de Medio Ambiente, admitió entonces estar «decidido a reducir las emisiones de este veneno». El metilmercurio se acumula y concentra sobre todo en la cadena alimentaria acuática y la estrategia europea dictaminó que «El mercurio es una sustancia extremadamente tóxica para los seres humanos, los ecosistemas y la naturaleza. Puede ser mortal en dosis elevadas y en dosis relativamente bajas también puede dañar el sistema nervioso».

Posteriormente, en agosto de 2005 se publicó un estudio científico dirigido por el biogeoquímico Andrew Meharg, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) que reveló que los niveles de arsénico tóxico en el arroz cultivado en Estados Unidos superaban los límites máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud y podrían acarrear graves problemas de salud.

A pesar de ello, en noviembre de 2005 la Consejería de Medio Ambiente confirmó la autorización del vertido venenoso en el marco de la nueva Ley 16/2002 de prevención y control integrado de la contaminación, desoyendo la estrategia comunitaria sobre el mercurio y desoyendo nuevamente las alegaciones de Ecologistas en Acción y de la federación de arroceros del bajo Guadalquivir.

Recientemente la Mina Las Cruces ha solicitado licencia municipal al Ayuntamiento de La Algaba para realizar la instalación de las tuberías del vertido venenoso a pesar de que el pasado mes de agosto ese Ayuntamiento rechazó la aprobación de un Convenio Urbanístico propuesto por la Mina.

Ecologistas en Acción seguirá apoyando a la “Plataforma contra el vertido tóxico” y al Ayuntamiento de La Algaba en su firme decisión de no comerciar con la salud de los ciudadanos y en consecuencia, no permitir la construcción de esas tuberías.