Sistemas municipales de recogida selectiva de residuos.

Abel Esteban, Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 88.

“Los residuos orgánicos son un tesoro”, dice habitualmente una compañera de huerto comunitario. Y es que durante siglos de historia, los residuos orgánicos rara vez eran considerados tales, pues solían utilizarse como alimento animal o materia para compost. Eran un recurso clave, una de las materias primas para la producción de alimentos.

Hoy, la agricultura industrial recurre a fertilizantes químicos, los suelos agrícolas apenas tienen materia orgánica, y la producción de (petro)alimentos es una de las principales actividades responsables del cambio climático. Mientras tanto, todos los días, miles de toneladas de ese tesoro orgánico termina en vertederos, generando a su vez importantes problemas (ocupación del territorio, emisiones, fuga de lixiviados, conflictos sociales…).

Por eso, la recogida selectiva puerta a puerta (PaP) ya es una realidad consolidada en muchos municipios catalanes, navarros o vascos, así como en ciudades europeas. Además de otras iniciativas emergentes de agrocompostaje, como por ejemplo la que se lleva a cabo en Larrabetxu (Bizkaia), donde organizan la recogida de residuos orgánicos de forma descentralizada en colaboración con agricultores y agricultoras que los gestionan en sus fincas.

Recuperar y reintroducir

Con cada vez más población residente en ciudades o desvinculada de la producción de alimentos, la recuperación de la fracción orgánica de los residuos municipales (FORM) para su reciclaje debería ser una prioridad para los y las gestoras de municipios y regiones. Para transformar esta materia orgánica en un compost utilizable en agricultura, viverismo o jardinería. Y esto significa recuperar un porcentaje elevado del residuo generado, y en particular, sin restos de otras fracciones, cuya contaminación puede inutilizarlo como abono y condenarlo a vertedero.

Frente al sistema de recogida de diferentes fracciones en contenedores, la recogida selectiva PaP consiste en entregar los residuos, previamente separados en cada hogar, al servicio municipal de recogida delante de la puerta de casa, unos días y horas convenidas para cada fracción. Este sistema, que concibe como obligatoria para cada vecino y vecina la separación de basuras, permite realizar un mínimo control y seguimiento, imprescindibles para avanzar en la mejora del sistema.

El modelo PAP persigue incrementar la cantidad de residuos de cada fracción que se recogen selectivamente, y su pureza (ausencia de otros residuos). Ambos elementos son claves para conseguir incrementar las tasas de reciclaje, es decir la cantidad de materiales que, en lugar de terminar en vertederos o incineradoras, se pueden recuperar y reintroducir en los ciclos productivos, evitando tanto los impactos negativos de su vertido o combustión, como los vinculados al consumo de nuevos materiales y recursos.

Para que el modelo PaP funcione correctamente, como mínimo, debe recogerse selectivamente la fracción orgánica de los residuos municipales y la fracción resto (aquellos residuos difícilmente reciclables, diferentes del vidrio, papel y cartón, envases y otras fracciones valorizables materialmente). Tanto los sistemas que no recogen selectivamente la materia orgánica, como aquellos que lo hacen a través de un contenedor específico, consiguen cantidades muy inferiores y contaminadas, no aptas para un buen compost.

El ejemplo de Argentona

En el municipio barcelonés de Argentona (25,4 km2), con 12.000 habitantes, se recoge la fracción orgánica de los residuos tres días a la semana, cuatro en verano, en los domicilios del 75 por ciento de la población. Los 3.000 habitantes restantes depositan esta fracción en un contenedor específico.

Actualmente se recuperan 357 gramos por habitante y día, un total de entre 1.500 y 1.600 toneladas por año. Mediante la ampliación del sistema puerta a puerta a toda la población se espera recoger entre 1.700 y 1.800 toneladas. De forma complementaria, al PaP, se han repartido 113 contenedores de compostaje individual y 15 compostadores de lombrices de forma gratuita. Además, se ha dado formación a los vecinos y vecinas interesadas, que como contrapartida se benefician de una reducción del 15 por ciento en la tasa municipal de basuras.

La recogida de las basuras la realiza actualmente una empresa local de servicios diversos que emplea a 11 personas en riesgo de exclusión social. Es decir, la recogida PaP crea empleos que retroalimentan la economía local, mientras que reduce el gasto relacionado con equipos y tecnologías.

El coste global del sistema puerta a puerta para los entes locales es, de media, similar al del sistema de contenedores, según un reciente estudio [1], que compara los costes de gestión de residuos de 81 municipios catalanes de hasta 20.000 habitantes (41 con recogida PaP y 40 con contenedores).

Incentivos para separar los residuos

Frente a un mayor coste en personal, los costes de tratamientos son menores y crecen los ingresos derivados de la venta de las fracciones reciclables recuperadas.

Además, los municipios que más y mejor separan reciben una contrapartida económica que incentiva la apuesta por sistemas de recogida selectiva eficientes. En el caso del municipio de Argentona, se recuperan 85.000 euros por año correspondientes al canon autonómico de vertido e incineración de residuos [2]. Este canon, ausente en otras comunidades autónomas, es un incentivo muy importante para la recuperación y reciclaje de residuos.

El tratamiento de la fracción orgánica recuperada en Argentona se realiza en una instalación comarcal: la planta de biometanización de Granollers. La FORM de Argentona se mezcla allí con residuos de peor calidad procedentes de otros municipios donde no se ha instalado el sistema puerta a puerta. Este municipio necesita su propia planta de compostaje aerobio, con la que podría generar un compost de excelente calidad utilizable en los cultivos ecológicos o de flor de la comarca. Para eso es de vital importancia el apoyo de la Agencia Catalana de Residuos.

Argentona, es uno de los tres municipios del Estado español en aplicar un pago por generación de residuos domésticos y comerciales. También forma parte de la estrategia europea Residuo Cero [3], creada para empoderar a las comunidades y replantear su relación con los recursos naturales, una iniciativa que puede servir de inspiración para los ayuntamientos y comunidades autónomas que apuesten por políticas locales sostenibles.

[1] Freire González, J., Jofra Sora, M., Puig Ventosa I. (coord.), Roca Jusmet, J. (coord.) (2013) Balance económico de la recogida de residuos puerta a puerta y en contenedores para los entes locales y propuestas de optimización. Associació de municipis catalans per a la recollida Porta a Porta.

[2] Estudio de caso: La historia de Argentona. Aimee Van Vliet. Zero Waste Europe, Agosto 2014. http://www.zerowasteeurope.eu/downloads/case-study-2-the-story-of-argentona/