El apagón del alumbrado navideño de este lunes día 11 de diciembre es una acción con un componente altamente simbólico. Es una llamada de alerta a la conciencia cívica sobre la necesidad de un cambio de hábitos de consumo en general y particularmente de hábitos de consumo energético.

La energía es un bien escaso, a pesar de que el espejismo desarrollista nos haya hecho percibir, erróneamente, lo contrario. Al menos la energía tal y como la conocemos actualmente, basada en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) o combustible nuclear. Otra cosa son las energías limpias, las energías renovables, pero este no es el momento para hablar de ellas.

Es un bien escaso porque estos combustibles son finitos, no son inagotables. Las reservas de petróleo, gas, uranio y carbón están perfectamente cuantificadas: un máximo de 50 años para el petróleo, de 80 años para el gas, de 90 años para el uranio y de 250 años en el caso del carbón.

Pero es que además de finitos, son combustibles que no podemos usar sin medida ni control por los extraordinariamente dañinos residuos que producen, CO2 en el caso del petróleo, gas y carbón y residuos radioactivos en el supuesto del uranio.

Desde Ecologistas en Acción llevamos varios meses desarrollando una campaña que tiene como eje central un llamamiento a la unidad de acción de las administraciones, empresarios, sindicatos, comerciantes, agricultores, agentes sociales y ciudadanos en general para frenar el cambio climático.

La exigencia a las administraciones de la reducción del alumbrado navideño que venimos expresando conjuntamente con Córdoba Solidaria es un elemento más de esta campaña. Un elemento simbólico pero que nos permite visualizar a la perfección las contradicciones del sistema que, por un lado, convoca conferencias internacionales para frenar el cambio climático y por otro estimula y fomenta el consumo de energía con una despreocupación realmente suicida.

Esos son los fundamentos de esta campaña y de este acto simbólico del apagón navideño. Ecologistas en Acción quiere subrayar la trascendencia de este acto y la necesidad de que no se quede en algo anecdótico. El apagón del 11 de diciembre debe ser el punto de arranque de un compromiso ciudadano para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático [1], de los cuales el CO2 es el más notorio y “popular”, pero no el único.

Y como no basta con acciones simbólicas, pasemos al terreno de las propuestas. Además de las antes indicadas, para el caso que nos ocupa, para la reducción del gasto y del consumo energético provocado por el alumbrado navideño, Ecologistas en Acción propone (ésta era la idea cuando propusimos al gobierno municipal la reducción efectiva de los gastos en alumbrado navideño y la acción simbólica del apagón a mediados de diciembre): que se adopten medidas efectivas de reducción del consumo de energía, la aplicación de programas de eficiencia energética y la sustitución de energías fósiles por energías renovables.

En el caso del alumbrado navideño se solicita:

- Una reducción del gasto y del consumo en este concepto de un 5% anual hasta llegar al 50% del actual.

- Acortar los periodos de duración del alumbrado. En concreto para el año 2007 proponemos que éste se inaugure el día 10 de diciembre.

Pero todas estas iniciativas, el apagón del 11 de diciembre, las recogidas de firmas, los acuerdos del pleno del Ayuntamiento, etc., son claramente insuficientes si no van acompañadas de un auténtico compromiso ciudadano para reducir el consumo de energía. Las familias españolas somos responsables del 30% del CO2 que se emite en el estado español como consecuencia de nuestros elevados niveles de consumo de energía doméstica y en el transporte. En nuestra mano está reducir este elevado porcentaje. No basta con mirar a las administraciones. Es necesario un compromiso personal y colectivo en este sentido. «El futuro del planeta está en nuestras manos. No dejemos pasar esta oportunidad.»

Notas

[1] Para más información visitar la página web: www.accionporelclima.org