Ecologistas en Acción de La Rioja se ha manifestado en contra de la construcción de la presa de Soto-Terroba, presentando en su momento alegaciones, ante la Confederación Hidrográfica del Ebro sobre el «Proyecto de regulación en el río Leza», por no considerar justificada su construcción, desmintiendo los argumentos esgrimidos en el proyecto.

El abastecimiento de agua potable a las poblaciones ya está garantizado.
La mejor regulación ecológica de los ríos es la no-regulación (opinión avalada por la comunidad científica).

La consolidación de regadíos deficitarios parece ser el motivo prioritario, ahora bien, la estimación de más de 1.000 hectáreas creemos que está muy por encima de la realidad, dada la política agraria comunitaria, y la mala calidad de muchas de las tierras, que no son aptas para el riego por problemas de salinización. En todo caso, la consolidación de regadíos en el bajo Leza no justifica una inversión tan elevada, la destrucción de las huertas en el alto Leza y el impacto ambiental que ocasionaría el embalse.
Las avenidas registradas en la zona en los últimos cuarenta años no han afectado a las poblaciones, sino únicamente a una reducida superficie de cultivos (y de manera esporádica); además en los últimos años se han construido defensas en el bajo Leza.

En cuanto a la producción de energía hidroeléctrica y los usos recreativos del embalse, son aspectos a no desdeñar una vez decidida la construcción del embalse, pero ni por ellos mismos ni sumados a los anteriores motivos lo justifican.

El pantano afectará además a una zona de alto valor ecológico, al ser un hábitat de visón europeo.

También destacamos en las alegaciones que si se quiere consolidar los regadíos en el bajo Leza hay otras alternativas a un embalse de 19 Hm3 y que el proyecto no ha considerado: estas alternativas serán un embalse de en torno a 2-3 Hm3 en el río Rabanera, que permitiría además consolidar las huertas familiares en el alto Leza, o bien una balsa de riego en la zona Leza-Ribafrecha, que recogiese agua canalizada desde la cantera de Leza, con lo que se evitaría su salinización.