A las 19 horas de este sábado 3 de Febrero la plataforma “Aire Limpio” de oposición a las centrales de gas de ciclo combinado, organiza en la Casa de Cultura de Barajas de Melo, un acto informativo sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente de este tipo de instalaciones. En la actualidad en la ribera del Tajo, en el límite de Madrid y Cuenca, están previstas tres centrales de gas en ciclo combinado: Estremera (Endesa. 1200 Mw) y Villamanrique (Iberdrola. 800 Mw) en la provincia de Madrid y la de Barajas de Melo (Hidrocantábrico, 800 Mw) en Cuenca.

Aunque estas centrales han sido presentadas como una tecnología limpia, lo cierto es que su impacto es notable. Una central como la de Barajas (800 MW de potencia eléctrica) emite cada hora casi 300 toneladas de dióxido de carbono, principal responsable del calentamiento terrestre. Una cantidad suficiente para “cargar” 15 camiones de 20 Tm… ¡a la hora!. Emiten también 250 kg por hora de óxidos de nitrógeno (NOx) que, a su vez, equivale a la emisión diaria de 200.000 automóviles en una ciudad. Los óxidos de nitrógeno contribuyen a las lluvias ácidas, tienen efectos negativos sobre la vegetación y producen enfermedades respiratorias. Son además precursores, especialmente en los días cálidos y soleados de verano, del ozono troposférico; otro enérgico contaminante, por su fuerte poder oxidante, con severos efectos sobre la salud y sobre la producción agraria. El ozono tropoesférico alcanza sus valores máximos en zonas que pueden estar alejadas del foco emisor más de 20 km. Estas centrales emiten además cantidades menores de partículas en suspensión, monóxido de carbono y otros contaminantes como metales pesados o compuestos orgánicos volátiles.

Un factor crítico en ese tramo de la cuenca del Tajo es la disponibilidad de agua con la que refrigerar la central. La planta de Barajas prevé tomar unos 350 l/s de agua de los que evapora poco menos de la mitad y devuelve al cauce el resto sobrecalentado y con un mayor contenido en sales y otras sustancias. El agua evaporada es aproximadamente igual a la que consumirían 150.000-200.000 personas.

A juicio de Ladislao Martínez, miembro de Ecologistas en Acción y de la plataforma “Aire Limpio”, que impartirá la charla, estas centrales generan muy pocos puestos de trabajo, unos 35 estables, y por el contrario son un factor decisivo en la desvalorización del entorno para otras actividades como la agricultura de calidad, el turismo rural o las segundas residencias, ya que todas ellas exigen un medio ambiente adecuado que se ve afectado por una central térmica como la que se pretende. El balance para el desarrollo económico es, por tanto, netamente negativo.

La plataforma Aire Limpio está formada por grupos vecinales, ecologistas y sindicales y ha recogido más de 30.000 firmas contra estos proyectos y desarrollado distintas actividades de oposición.