Ecologistas en Acción ha dirigido una carta a Motohide Yoshikawa, embajador de Japón en Madrid, sumándose a las organizaciones que han expresado su profunda preocupación y contundente rechazo al uso que Japón hace de los acuerdos bilaterales de libre comercio para establecer colonias de residuos en Asia, donde Japón pueda deshacerse de sus residuos y tecnologías tóxicas. Japón ya firmó acuerdos bilaterales con estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático como Malaisia, Singapur y Filipinas, y actualmente está trabajando en acuerdos similares con India, Indonesia, Tailandia, Corea del Sur y Vietnam.

Los acuerdos bilaterales, negociados en nombre del libre comercio, contienen cláusulas preocupantes que permitirán la libre entrada de residuos y sustancias mundialmente controladas o prohibidas desde Japón hacia sus países vecinos. Estos convenios debilitan los objetivos del Convenio de Basilea de reducir la generación y el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos, así como la enmienda de prohibición de Basilea, que prohíbe cualquier exportación de residuos peligrosos de países industrializados a naciones en desarrollo.

Un caso en particular es el controvertido Acuerdo de Cooperación Económica entre Japón y Filipinas (JPEPA), que ha generado indignación en el sector ecologista y otros movimientos sociales de ambos países. El JPEPA, negociado sin consulta ni participación pública, establece una reducción de aranceles para una amplia gama de residuos, como residuos hospitalarios, farmacéuticos, urbanos, nucleares, cenizas y residuos de incineración de desechos urbanos, aceites usados, aceites con PCB, PCT o PBB, chatarra con plomo, cadmio, antimonio o berilio, pilas usadas, residuos de industrias químicas y similares, fluidos hidráulicos, líquidos de frenos, anticongelantes y lodos de depuradora.

Ecologistas en Acción ha hecho llegar su preocupación a la oficina del Primer Ministro Shinzo Abe y al Ministerio Japonés de Asuntos Exteriores, Ministerio de Economía, Comercio e Industria, Ministerio de Ambiente y Ministerio de Finanzas, solicitando en concreto:

  1. Eliminar del Acuerdo de Cooperación Económica entre Japón y Filipinas todas las cláusulas de liberalización del comercio de residuos y comprometerse a no incluir esas cláusulas en los acuerdos de libre comercio que Japón firme con otros países en desarrollo.
  2. Ratificar la enmienda de la prohibición del Convenio de Basilea y tratar de detener la práctica de convertir a los países más pobres, con legislación e infraestructura más débil, en los basurales de las economías ricas.
  3. Abandonar el objetivo de reducir las barreras al comercio de residuos, cesar los esfuerzos para liberalizar el comercio de residuos a nivel mundial y priorizar en cambio la promoción de la autogestión nacional en el manejo ecológico de los desechos y la no generación de residuos peligrosos.

Además, Ecologistas en Acción pide a Japón que emprenda un programa serio de prevención en origen de los residuos peligrosos y tóxicos, haciendo que los fabricantes rindan cuentas por los productos que fabrican en lugar de buscar sitios donde esconder sus residuos.