La pesca de arrastre ilegal arrasa las praderas de Zostera marina en la provincia de Málaga.

Juan M. Cestino (Ecologistas en Acción), René Winston (Itaca) y José A. Rodríguez, (biólogo marino). Revista El Ecologista nº 50.

Hace ya más de un año se constató la desaparición de la mayor pradera de Zostera marina conocida en los fondos mediterráneos españoles, que se localizaba frente a la población malagueña de Torre del Mar. Se calcula que tenía aproximadamente la extensión de unos 60 campos de fútbol. Esta pradera, estudiada entre 2000 y 2002, volvió a ser visitada en mayo de 2005, momento en el que se comprobó que había desaparecido en su gran mayoría. En lo que antes era un extenso y denso vergel ahora se extendía un enorme arenal, interrumpido muy esporádicamente por algunas matas.

Las averiguaciones sobre el origen del desastre apuntaron con claridad a la acción ilegal de los barcos de arrastre que, aunque tienen limitada su actuación a fondos superiores a 50 metros de profundidad, con frecuencia faenan a profundidades de 4-10 metros. También se comprobó que las praderas de zostera del paraje de Maro-Cerro Gordo, una zona protegida, habían corrido la misma suerte: la desaparición prácticamente total.

En junio de 2006 se verificó que en la costa de Torre del Mar aún quedaba alguna presencia que, a muy pequeña escala, recordaba el vergel perdido y permitía albergar cierta esperanza de recuperación. Sin embargo, en una inmersión realizada en julio se volvían a encontrar las señales dejadas de los arrastreros sobre el fondo arenoso a tan sólo 6 metros de profundidad.

Es decir, después de más de un año de su denuncia las cosas siguen prácticamente igual. Una confluencia de irresponsabilidades se ha confabulado para que el resultado final sea la destrucción de este ecosistemas submarino único, de gran valor no sólo desde una óptica naturalística, sino también con respecto a los intereses humanos. Los responsables de la Consejería-Delegación de Agricultura y Pesca han hecho frecuentemente oídos sordos, prefiriendo evitar el conflicto con los pescadores ilegales que hacer cumplir la legislación vigente, aunque ello supusiera acabar con las zonas de cría de especies comerciales, así como la desaparición de un ecosistema del que dependían pescadores artesanales más respetuosos con el medio ambiente.

También los jueces tienen una importante responsabilidad, ya que han paralizado los trámites correspondientes emanados de las denuncias que los inspectores de pesca han llevado a cabo. Otros gestores de la Consejería-Delegación de Medio Ambiente tampoco se libran de este cúmulo de irresponsabilidades, puesto que el paraje de Maro-Cerro Gordo cae bajo su protección.

El resultado final de la incapacidad o dejadez concurrida es bien claro: la desaparición de la práctica totalidad de nuestras praderas submarinas de Zostera marina de Andalucía. Las consecuencias se irán conociendo poco a poco. Quizás nunca las conozcamos y las achaquemos al comodín del cambio climático.

La manifiesta y objetiva inoperancia de los responsables andaluces y estatales ha hecho que elevemos nuestra denuncia a instancias superiores como la Comisión Europea. También se está preparando enviar una denuncia al Parlamento Europeo. Esperamos que estas acciones tengan como resultado la detención de estas funestas prácticas en todo el litoral.