Todo huele cada vez peor
Vivimos un momento de crisis profunda que afecta a las relaciones de las personas con la naturaleza, así como la equidad en el acceso a los recursos y bienes que proporciona el planeta Tierra.
Todavía continuaban aflorando en la prensa los escándalos de la Gürtel y las implicaciones de miembros de la Casa Real en la corrupción del caso Noos, cuando en las últimas semanas han visto la luz los papeles de Bárcenas, extesorero del Partido Popular, que muestran cómo muchos altos cargos del partido podrían haber estado cobrando importantes sumas de dinero en negro. Los papeles ponen también de manifiesto una posible financiación al Partido Popular por parte de grandes empresas, muchas de ellas del ámbito de la construcción y de las infraestructuras.
Resulta obscena la tosquedad de los apuntes contables de la corrupción. Unas hojitas, con simples anotaciones a mano que recogen cuándo y cuánto se lleva cada persona; cuándo y cuánto ha pagado cada empresa. Es un contraste brutal. La sencillez del expolio frente a la explicación esotérica que recibe la ciudadanía del porqué de los ajustes brutales: las agencias de calificación, la prima de riesgo, las bolsas, los equilibrios monetarios, el déficit.
El misterio cabalístico de la economía de casino impide que nadie entienda por qué le desahucian, por qué le despiden o le reducen el sueldo. Pero la simplicidad de las anotaciones de tendero de Bárcenas nos permite entender muy bien cómo la lógica de la corrupción se ha instalado en aquel lugar en el que deberían estar quienes ponen e bienestar de la sociedad por delante de todo.
En paralelo, la apisonadora de los recortes continúa aplastando derechos y destruyendo lo que posibilita el bienestar de las personas. Además del tajo que han sufrido la sanidad, la educación o la dependencia, casi ningún medio de difusión convencional habla de crisis energética o de en dónde y quién está asumiendo todo aquello necesario para mantenerse vivo en condiciones decentes. Mientras, Dolores de Cospedal anuncia la puesta en venta de montes públicos en Castilla-La Mancha y se pretende modificar la Ley de Costas para allanar el camino de la apropiación del litoral. O se siguen poniendo trabas a las energías renovables a favor del oligopolio eléctrico más contaminante.
Sin embargo, lo que parece evidente es cómo crece el descontento de la sociedad y cómo poco a poco los diversos movimientos de indignación, las distintas mareas sectoriales, los movimientos sociales, las plataformas de afectados y algunas organizaciones políticas y sindicales buscan espacios de unión y confluencia para sumar fuerzas. Es el caso de las más de 90 manifestaciones convocadas el 23F por la Marea Ciudadana, que en lugares como Madrid han movilizado a varios cientos de miles de personas.
Crecen también iniciativas de desobediencia, que en realidad son iniciativas para la supervivencia y la dignidad. Las expropiaciones de alimentos en grandes superficies (alguna de las cuales, por cierto, aparecen entre las financiadoras del Partido Popular en los papeles de Bárcenas), la oposición a los desahucios, las convocatorias en la calle sin permiso, los medios de comunicación alternativos, las iniciativas de cuidado de niños y niñas, etc. son respuestas ciudadanas ante una crisis que, en realidad, pone bajo sospecha a un sistema falsamente democrático que huele cada vez peor.
Queréllate tú
Ecologistas en Acción, junto a otras organizaciones, ha presentado una querella criminal contra dos extesoreros del Partido Popular, algunos de los dirigentes de la formación y varios responsables o ex responsables de grandes constructoras. Tú también puedes apoyarla.
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