Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebrá el 5 de junio, Ecologistas en Acción, confederación de 300 grupos ecologistas, hace pública la concesión del Premio Atila 2000 para distinguir a quienes a lo largo de este año hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente.

El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 coincidiendo con la primera cumbre mundial sobre medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano. Los fines de este evento anual son el aumentar la conciencia medioambiental, y fomentar la acción global en la protección del medio ambiente.

Por este motivo, Ecologistas en Acción convoca los Premios Atila, con el objetivo de “distinguir y denunciar a aquellas personas o entidades que más se hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente”. Los premios, que se concedieron por primera vez en 1992, tienen dos categorías denominadas “Atila” y “Caballo de Atila”. Miles de personas se han dirigido a esta asociación proponiendo numerosos candidatos.

Tras la deliberación el Jurado acordó:

1.- Conceder el Premio Atila a CEPSA-ELF, perteneciente al grupo Total, por el desastre del petrolero Erika que ocasionó una marea de negra en las costas de Bretaña. El vertido, calificado como la mayor catástrofe ornitológica del litoral atlántico, se produjo al utilizar la multinacional autenticos «cascarones» flotantes para transportar el petróleo, por no contratar buques de última tecnología y de presionar, junto con el resto de las empresas petrolíferas, para que los gobiernos no adopten medidas contra sus intereses.

2.- Conceder el Premio “Caballo de Atila” a la Juez de Instrucción 2 de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), CELIA BELHADJ-BEN, por la constante denegación de las pruebas solicitadas y la lentitud con la que está tramitando las diligencias en el caso del vertido tóxico de Minas de Aznalcóllar, ocurrida el 25 de abril de 1998, que contaminó Doñana. Así como por la imposición de una fianza de 5 millones de pta, luego rebajada a 1 millón, a las asociaciones ecologistas que presentaron querella para que se persiguiera penalmente a los responsables.

El Jurado expresó su esperanza en que la concesión de este premio llame a la reflexión a la opinión pública sobre el deterioro ambiental que sufre nuestro planeta.