El bienestar humano depende de los vínculos entre naturaleza y sociedad.

Concepción Piñeiro y Javier Benayas, Equipo de Comunicación de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España. Revista El Ecologista nº 71.

La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España se imbrica dentro de la evaluación mundial promovida por Naciones Unidas. Constituye el primer análisis que se realiza sobre el estado y las tendencias de los servicios de los ecosistemas terrestres y acuáticos del Estado español y su contribución al bienestar de sus habitantes, proporcionando información robusta, validada científicamente y accesible.

El Programa científico interdisciplinario de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, auspiciado por Naciones Unidas, es el mayor esfuerzo internacional que se ha llevado a cabo para evaluar la capacidad que tienen los ecosistemas del Planeta y la biodiversidad que alberga para mantener el bienestar humano de sus habitantes. La importancia de conocer y valorar adecuadamente la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas también se ha destacado en el Plan Estratégico 2011-2020 del Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica y en la Estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad para 2020.

La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España se imbrica dentro de la evaluación mundial de Naciones Unidas y sigue la tendencia internacional y europea de promover este Programa a escala estatal, regional y local. Está promovido por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino desde 2009, y ha sido coordinado desde el Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid. Constituye el primer análisis que se realiza sobre el estado y las tendencias de los servicios de los ecosistemas terrestres y acuáticos de España y su contribución al bienestar de sus habitantes, proporcionando información robusta, validada científicamente, y accesible para la toma de decisiones técnicas y políticas, tanto de gestores y empresas como de las ONG y el tejido social.

El bienestar humano se entiende como la vida buena dentro de los límites biofísicos de los ecosistemas. Para poder evaluarlo se consideraron los cinco componentes propuestos por el programa internacional: libertad y capacidad de elección y acción, salud, seguridad y estabilidad de vida, buenas relaciones sociales y paz de mente y espíritu.

Un estudio multidisciplinar

La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España ha implicado a unos 60 científicos procedentes de las ciencias biofísicas y sociales de más de 20 centros de investigación y universidades. Bajo un mismo marco metodológico y conceptual (ver figura 1), se han incorporado cuerpos de conocimientos de la ecología, la biología, la agronomía, las ciencias forestales y ambientales, la ingeniería, la economía ecológica, la demografía, la antropología cultural, las ciencias políticas y la filosofía moral para evaluar las consecuencias que tienen la degradación de los ecosistemas y la pérdida de la biodiversidad en el territorio estatal para el bienestar humano de la población española.

Figura 1. Trama conceptual de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio

Notas: La trama conceptual de referencia del Programa Internacional de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio es su seña de identidad más importante, ya que permite organizar información interdisciplinaria para abordar las interacciones complejas que se establecen entre los ecosistemas, la biodiversidad y el bienestar humano. Pone de manifiesto como el efecto sinérgico de los impulsores indirectos y directos de los cambios en los ecosistemas afectan al flujo de servicios que generan los ecosistemas, afectando esto a su vez al bienestar humano en diferentes escalas de espacio y tiempo. Sitúa al bienestar humano en el foco central de la evaluación y todos sus componentes se dirigen a ese punto (Modificado de Programa Internacional de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, 2003).

Este proyecto se aleja del marco de la valoración monetaria como la única medida del valor de los servicios sin precio en los mercados y desarrolla el proceso de evaluación y determinación de los compromisos entre los servicios de los ecosistemas a través de múltiples indicadores biofísicos, socioeconómicos y culturales, tal y como se hace en el programa internacional.

La metodología se asemeja a una hoja de ruta basada en una modificación a un esquema circular del marco conceptual presentado en la figura 1 sustentado en cinco conceptos clave: bienestar humano, ecosistemas, servicios de los ecosistemas, impulsores directos de cambio e impulsores indirectos de cambio.

Los impulsores directos de cambio son cualquier factor que altera directamente los ecosistemas. Son factores naturales o inducidos por los seres humanos que actúan de manera inequívoca sobre los procesos biofísicos de los ecosistemas y por tanto afectan al flujo de servicios: cambios en los usos del suelo, cambio climático, contaminación de aguas, suelos y atmósfera, las especies exóticas invasoras, los cambios en los ciclos biogeoquímicos y la sobreexplotación de los componentes geóticos y bióticos de los ecosistemas.

Los impulsores indirectos de cambio son factores y procesos sociopolíticos que actúan de un modo más difuso alterando los ecosistemas a través de su acción sobre uno o más impulsores directos de cambio. Raramente pueden ser identificados mediante observaciones directas y solo pueden ser caracterizados entendiendo su efecto sobre uno o más impulsores directos de cambio. Además de los cinco impulsores indirectos propuestos por el programa internacional (demográficos, económicos, sociopolíticos, ciencia y tecnología, y culturales) y reflejados en la figura 1, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España ha tenido en cuenta el impulsor de género, al considerar que para que la sociedad y el sistema socioeconómico actual se sostengan es imprescindible la realización de una gran cantidad de trabajos asociados al cuidado de la vida humana que son mayoritariamente realizados por mujeres. Estos trabajos en los hogares además tienen repercusiones importantes en la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad.

Los servicios de los ecosistemas son las contribuciones directas e indirectas de los ecosistemas al bienestar humano. Se han evaluado 22 servicios de los ecosistemas en cada uno de los 14 tipos operativos de ecosistemas que se han seleccionado (bosque y matorral esclerófilo; bosque y matorral mediterráneo continental; bosque atlántico; montaña alpina; montaña mediterránea; zonas áridas; ecosistemas macaronésicos; agroecosistemas; ecosistemas marinos; ecosistemas litorales; ríos y riberas; lagos y humedales de interior; acuíferos; ecosistemas urbanos). En la figura 2 se puede ver el mosaico de ecosistemas que conforman un paisaje cultural ideal, se muestran varios ejemplos de los tres tipos de servicios que los ecosistemas proporcionan a la población: culturales, de regulación y de abastecimiento.

Nuestro futuro depende de la conservación de los ecosistemas

De la conservación de nuestros ecosistemas terrestres, acuáticos continentales y marinos depende, en gran medida, nuestro futuro económico, social y cultural. Bajo este razonamiento la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad de España no es un lujo o capricho de unas pocas personas, sino una necesidad social. El hecho de que el actual modelo económico haya ignorado los estrechos vínculos que existen entre naturaleza y sociedad es una de las causas fundamentales de la degradación de los ecosistemas españoles y la pérdida de su biodiversidad.

La finalidad última de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España es ambientalizar políticas de carácter sectorial desarrollando una caja de herramientas para tomadores de decisiones, el sector privado y la sociedad en general, que incluya diferentes tipos de instrumentos que vinculen las políticas de conservación estatales con las políticas internacionales y europeas. La construcción de escenarios de futuro será la siguiente etapa de este proyecto para la cual se requiere la participación de este conjunto de agentes sociales.

Principales conclusiones del informe [1]:

El futuro social, cultural y económico de la población española depende en gran medida del buen funcionamiento de sus ecosistemas y de su biodiversidad, de servicios esenciales de abastecimiento como alimentos o agua limpia, de servicios de regulación como la calidad del aire y del agua o el control de la erosión, y de servicios culturales como el conocimiento ecológico local, la identidad cultural o el turismo de naturaleza.

Como primera conclusión de este proyecto, puede destacarse que los ecosistemas y la biodiversidad de España han sufrido un proceso acelerado y sin precedentes de alteraciones como resultado del aumento sostenido en las últimas décadas de una actividad económica vinculada al uso intensivo del territorio, así como del modelo de relaciones sociales y de consumo vinculado al mismo. Como consecuencia, entre el 40 y el 68% de las especies se encuentran amenazadas y la huella ecológica se ha más que duplicado.

La interacción entre el modelo económico y los patrones demográficos ha promovido cambios drásticos en el uso del suelo, fundamentalmente el abandono rural, por un lado, y por otro la intensificación agraria y la urbanización que, en la actualidad, constituyen el principal impulsor directo del deterioro de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.

El abandono rural lleva consigo una disminución de los importantes servicios de regulación asociados a la gestión del agua y el suelo que históricamente han caracterizado las ancestrales relaciones ser humano-naturaleza en los paisajes de la Península Ibérica, afectando también a los servicios de abastecimiento tradicional y a servicios culturales tan importantes como el conocimiento ecológico local. Estos servicios son esenciales para mantener la capacidad adaptativa o de amortiguación de la mayor parte del territorio frente a las perturbaciones, fundamentalmente las relacionadas con los cambios del clima. El medio rural se constituye así como una fuente de servicios de regulación cuya conservación resulta fundamental para incrementar la resiliencia y para mantener el flujo de servicios de los ecosistemas de España en un contexto de cambios e incertidumbres

Igualmente reseñable es que el 45% de los servicios de los ecosistemas evaluados se ha degradado o se están usando insosteniblemente, siendo los servicios de regulación los más negativamente afectados, ya que el 87% de estos se hallan en estado crítico o vulnerable. Son los ecosistemas acuáticos continentales, los litorales y los macaronésicos los que han sufrido un mayor deterioro, mientras que en el otro extremo, los ecosistemas de bosques y los de montaña son los que mejor conservan su capacidad de generar servicios.

El informe también arroja como resultado que el crecimiento de la población urbana está promoviendo, por un lado, la explotación de servicios de abastecimiento tecnificados para satisfacer la creciente demanda de alimentos, de materiales y de agua y, por otro, un modelo de recreación y de turismo que, en ocasiones, entra en conflicto con la conservación de las funciones socioecológicas del territorio. En consecuencia, están disminuyendo importantes servicios de regulación, al igual que los servicios culturales asociados al medio rural.

Asimismo, se incide en que España no es autosuficiente respecto al suministro de algunos alimentos, fibras, agua y energía que demanda su modelo económico, por lo que, a día de hoy, depende en un 30% de servicios de abastecimiento procedentes de otros ecosistemas del Planeta. Serían necesarias casi 3,5 Españas para satisfacer las demandas de consumo de su población.

Finalmente, se concluye que la transición hacia la sostenibilidad en España pasa por lograr una gestión que sitúe al capital natural como elemento clave del bienestar de su población, lo cual requiere adoptar medidas estructurales encaminadas a construir un nuevo marco de gobernanza que module las interacciones entre la sociedad humana-urbana y los ecosistemas y que redefina el verdadero papel de la economía en un modelo de desarrollo justo socialmente y sostenible en términos ecológicos.

En este contexto, se subraya que la actual crisis económica constituye una ventana de oportunidad propicia para impulsar un cambio en nuestro modelo de desarrollo e iniciar una verdadera transición hacia la sostenibilidad. Para esto es necesario luchar contra la amnesia ecológica –que nos hace olvidar que formamos parte de los sistemas ecológicos y que dependemos de ellos para todo– así como contra la anestesia tecnológica –que nos hace confiar ciegamente en el poder de las tecnologías presentes y futuras– lo que resulta fundamental para promover el cambio social que, desde el cambio individual, alimente la tan necesaria transición hacia la sostenibilidad.

En una próxima etapa, el proyecto Evaluación de los Ecosistemas del Milenio en España tratará de definir los escenarios de futuro de los ecosistemas estudiados en relación a su capacidad de suministro de servicios y en función del consenso social existente en torno a propuestas de acción concretas para su gestión. Además, el proyecto profundizará en el desarrollo de materiales divulgativos dirigidos a elevar el conocimiento de la sociedad en relación a los vínculos entre la biodiversidad y nuestro modelo de bienestar.

Figura 2: Servicios de los ecosistemas

MENSAJES CLAVE DE LA EVALUACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS DEL MILENIO DE ESPAÑA

1.- Del buen funcionamiento de los ecosistemas de España y su biodiversidad depende el futuro social, cultural y económico de su población, ya que constituye la base biofísica o “capital natural” sobre el que se asientan el resto de capitales de origen humano.

El bienestar de las generaciones actuales y futuras de España depende de servicios esenciales de abastecimiento como alimentos o agua limpia, de servicios de regulación como la calidad del aire y del agua o el control de la erosión, y de servicios culturales como el conocimiento ecológico local, la identidad cultural o el turismo de naturaleza, todos ellos suministrados por los ecosistemas y su biodiversidad.

2.- En los últimos 50 años los ecosistemas y la biodiversidad de España han sufrido un proceso acelerado y sin precedentes de alteraciones como resultado de la insostenibilidad del modelo de desarrollo económico predominante y el estilo de vida asociado al mismo.

Desde mediados del siglo XX la población española se ha incrementado un 67%, el PIB per cápita se ha multiplicado por más de 6, el consumo de energías fósiles por casi 10 y los minerales no metálicos y productos de cantera por 7 y 40 respectivamente. Esta gran aceleración ha tenido serias repercusiones sobre los ecosistemas españoles y su biodiversidad: entre el 40 y el 68% de las especies se encuentran amenazadas y la huella ecológica se ha más que duplicado.

3.- La interacción sinérgica entre el modelo económico y los patrones demográficos ha promovido drásticos cambios de uso del suelo que constituyen actualmente el principal impulsor directo que subyace al deterioro de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.

Los cambios de uso del suelo se manifiestan en el territorio a modo de un gradiente en cuyos extremos encontramos, por un lado, el abandono rural -con un grado de reversibilidad considerable- y por otro la intensificación agraria y la urbanización -con una capacidad de restauración baja o nula. Se ha generado así un proceso urbanizador que se realimenta del tránsito de la población desde lo rural a lo urbano y desde el interior a la periferia. Especialmente crítico ha sido el proceso de urbanización de los ecosistemas litorales, que alcanza cifras de hasta un 60% en el caso del litoral mediterráneo.

4.- El 45% de los servicios de los ecosistemas evaluados se han degradado o se están usando insosteniblemente, siendo los servicios de regulación los más negativamente afectados.

El 63% de los servicios de abastecimiento, el 87% de los de regulación y el 29% de los culturales se hayan en estado crítico o vulnerable. Son los ecosistemas acuáticos continentales, los litorales y los macaronésicos los que han sufrido un mayor deterioro en su flujo de servicios y, por tanto, en su capacidad de contribuir al bienestar de la población. Los ecosistemas de bosque y los de montaña son, por el contrario, los que mejor conservan su capacidad de generar servicios.

5.- La creciente población urbana está promoviendo una explotación insostenible de servicios de abastecimiento tecnificados y ciertos servicios culturales demandados desde las ciudades, en detrimento de importantes servicios de regulación y servicios culturales asociados al medio rural, incrementando nuestra vulnerabilidad ante las previsibles perturbaciones naturales relacionadas con el cambio climático.

El abandono rural lleva consigo una disminución de los importantes servicios de regulación asociados a la gestión del agua y el suelo que históricamente han caracterizado las ancestrales relaciones ser humano-naturaleza en los paisajes de la Península Ibérica, afectando también a los servicios de abastecimiento tradicional y a servicios culturales tan importantes como el conocimiento ecológico local. Estos servicios son esenciales para mantener la capacidad adaptativa o de amortiguación de la mayor parte del territorio estatal frente a las perturbaciones, fundamentalmente las relacionadas con los cambios del clima. El medio rural se constituye así como una fuente de servicios de regulación cuya conservación resulta fundamental para incrementar la resiliencia y para mantener el flujo de servicios de los ecosistemas de España en un contexto de cambios e incertidumbres.

6.- Muchos aspectos del bienestar de la población española se están viendo negativamente afectados por el progresivo proceso de degradación que están experimentando los servicios de los ecosistemas.

Mientras que algunos aspectos del bienestar -como la educación o la protección social- han mejorado notablemente, muchos otros, más intangibles -como las buenas relaciones sociales o la salud psicológica- se han visto negativamente afectados. Las aproximaciones economicistas al bienestar humano, basadas en el nivel de vida, han inducido estilos de vida poco sostenibles en términos socioecológicos que sobrepasan claramente los límites biofísicos de los ecosistemas. La alternativa a la insostenibilidad que el actual modelo de desarrollo ha provocado dependerá, en buena medida, de la capacidad que tengamos como sociedad para transformar nuestro estilo de vida hacia una aproximación socioecológica y sostenible del bienestar humano: una vida buena dentro de los límites biofísicos de los ecosistemas.

7.- España no es autosuficiente respecto al suministro de algunos alimentos, fibras, agua y energía que su modelo económico demanda, dependiendo a día de hoy en aproximadamente un 30% de los servicios de abastecimiento y recursos geóticos procedentes de otros ecosistemas del planeta.

Sobrepasando nuestros límites biofísicos y territoriales estamos ejerciendo una doble presión sobre ecosistemas localizados fuera de nuestras fronteras, que actúan tanto de abastecedores de servicios como de sumidero de nuestros residuos. Actualmente serían necesarias casi 3,5 Españas para satisfacer las demandas de consumo de nuestra población. Esta dependencia del exterior trae consigo considerables repercusiones ecológicas y sociales, en términos del incremento de nuestra deuda ecológica, haciéndonos cada vez más vulnerables frente a los mercados y situaciones de crisis globales.

8.- La transición hacia la sostenibilidad en España pasa por lograr una gestión adaptativa del capital natural para el bienestar de su población, lo cual requiere de la adopción de medidas estructurales encaminadas a construir un nuevo marco de gobernanza que module las interacciones entre la sociedad humana y los ecosistemas y que redefina el verdadero papel de la economía en un modelo de desarrollo justo socialmente y sostenible en términos ecológicos.

Este nuevo modelo de desarrollo debe basarse en el mejor conocimiento científico disponible sobre cómo se organizan, funcionan e interaccionan los sistemas ecológicos y los sistemas sociales. Asimismo, será necesaria la creación de un modelo de gobernanza multinivel y un nuevo sistema de planificación territorial, económica y financiera con criterios ético-ecológicos y vocación ecológico-distributiva. Finalmente, resulta esencial desarrollar e implementar estrategias orientadas a generar en la población cambios de valores, actitudes y comportamientos hacia los ecosistemas. Luchar contra la amnesia ecológica -que nos hace olvidar que formamos parte de los sistemas ecológicos y que dependemos de ellos para todo- así como contra la anestesia tecnológica –que nos hace confiar ciegamente en el poder de las tecnologías presentes y futuras- será fundamental para promover el cambio social que, desde el cambio individual, alimente la tan necesaria transición hacia la sostenibilidad.

9.- La actual crisis financiera constituye, paradójicamente, una “ventana de oportunidad” propicia para impulsar un cambio en nuestro modelo de desarrollo e iniciar una verdadera transición hacia la sostenibilidad.

Los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades. Ante los evidentes riesgos de colapso socioecológico a los que nos enfrentamos, el gran desafío está en lograr una gestión del territorio que mantenga la capacidad de los ecosistemas de suministrar servicios a la sociedad, conservando su integridad y resiliencia ecológica, es decir, su capacidad adaptativa frente a sorpresas o perturbaciones de origen natural o antrópico. En este sentido, es urgente impulsar procesos de creación, innovación y experimentación, que fomenten las capacidades de los ecosistemas, los individuos, la sociedad y sus instituciones para gestionar el cambio y no ser víctimas de él.

Notas y referencias

  • Artículo basado en: Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España (2011). La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España. Síntesis de resultados. Fundación Biodiversidad y Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Autores: Carlos Montes, Fernando Santos Martín, Mateo Aguado, Berta Martín-López, José A. González, Javier Benayas, César López, Concepción Piñeiro, Antonio Gómez Sal, Óscar Carpintero, Francisco Díaz Pineda.

[1] Recientemente se ha presentado un informe que recoge los principales resultados obtenidos en este proyecto, accesible en: www.ecomilenio.es También se puede utilizar esta dirección para obtener más información del proyecto y contacto para colaboraciones.