Las centrales nucleares de Cofrentes y Vandellós II estarán paradas por recarga durante todo el mes de mayo (Vandellós II ha parado el día 5) y también en Junio, ya que está previsto que ambas paradas ronden los dos meses. La pretendida garantía de suministro eléctrico, vendida por la Industria Nuclear como una de las grandes virtudes de las centrales nucleares, está siendo puesta en entredicho durante los meses de abril, mayo y junio, en los cuales han coincidido y seguirán coincidiendo dos o más centrales paradas (lo que equivale a más de 2.000 Megavatios de potencia instalada), bien por paradas programadas para recarga, bien por paradas no programadas.

Así, durante tres días, del 19 al 22 de abril estuvieron paradas Garoña –por parada no programada para reparar dos de los cinco ventiladores que enfrían el aire en el interior de la contención primaria- y Ascó II, ésta por parada programada de recarga de combustible.

Por otra parte, también estuvieron paradas durante cuatro días, del 29 de abril al 3 de mayo, Ascó II – que tenía previsto finalizar su recarga el 25 de marzo y que ha vuelto a parar el día 5 de mayo, por un fallo en una válvula de aislamiento de agua de alimentación del generador de vapor B, durante todo el día – y Cofrentes, que comenzó su parada de recarga el 29 de abril, que durará unos dos meses por sustitución de las tuberías del sistema de accionamiento de las barras de control y sustitución de los cables de instrumentación en la vasija del reactor.

También es de destacar que el día 21 de abril estuvieron a punto de estar paradas tres centrales, ya que además de Garoña y Ascó II, la central Ascó I inició su secuencia de parada (no llegó a parar pero sí redujo considerablemente su potencia) por una fuga de agua en el circuito primario, en la válvula de rociado del presionador. Y el día 5 de mayo estuvieron paradas tres centrales: Ascó II por avería, Cofrentes por recarga y Vandellós II, que comenzó su parada de recarga el mismo día 5.

Teniendo en cuenta las pérdidas que supone tener una central parada y el desajuste que provoca en la red eléctrica no poder contar con dos centrales nucleares a la vez, todos éstos sucesos solamente pueden explicarse por el deterioro lógico tras 20 años de funcionamiento y la disminución de inversiones en seguridad, sobre todo a raíz de la liberalización del sector eléctrico.

Por ello se hace evidente la necesidad de elaborar cuanto antes un plan de cierre de las centrales nucleares españolas. Además del peligro que suponen y de la generación irresponsable de residuos radiactivos de alta actividad para los que no existe solución, está demostrado que ni siquiera son garantía de suministro y que pueden ser sustituidas por fuentes renovables.