El Principado de Asturias pretende aprovechar la elevación al rango de Ley de la derogación del trasvase del Ebro para “colar” en el Plan Hidrológico Nacional la construcción de embalses que producirían un gran impacto ambiental, y cuya utilidad social es más que dudosa.

Recientemente la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció la elevación a rango de Ley del Decreto que ha derogado el trasvase del Ebro, anunciando que se aprovecharía el trámite para introducir modificaciones en el Plan Hidrológico Nacional y en la Ley de Aguas. Aprovechando estas modificaciones, el Principado de Asturias ha solicitado la construcción del embalse de Caleao.

Ecologistas en Acción considera que en embalse de Caleao produciría un enorme impacto medioambiental, al inundar un área de gran valor natural, que para garantizar su conservación fue declarada como Lugar de Interés Comunitario (LIC) e incluida en la Red Natura 2000. Por otra parte, se trata de un embalse, cuya utilidad hidrológica resulta más que dudosa, pues inicialmente se planteó para la dilución de caudales, motivo que en ningún momento justifica la construcción de ningún embalse. De hecho, por todo ello, y a solicitud de la confederación de Ecologistas en Acción, el anterior Gobierno del PP descartó definitivamente su construcción, eliminándolo del Plan Hidrológico Nacional, contando ello en su momento con el beneplácito de los grupos Socialista y de Izquierda Unida del Congreso de los Diputados. Asimismo, señalar que la “nueva utilidad” que se le quiere dar al embalse, para el abastecimiento urbano, perfectamente puede solventarse con otras actuaciones alternativas, dado el reducido volumen que se necesitaría, como por ejemplo con aguas subterráneas.

Ecologistas en Acción reclama a la Ministra de Medio Ambiente que rechace la construcción de estas grandes obras, que por su impacto ambiental ya fueron rechazadas por gobiernos anteriores, y anima a la Ministra a que lleve a cabo una modernización y mejora de la Ley de Aguas, de cara a considerar el agua un recurso natural limitado y escaso, y necesario para el mantenimiento de los ecosistemas, y no como un mero combustible, como si de petróleo se tratase.