Ecologistas en Acción denuncia que el desarrollo urbanístico está provocando la creación de nuevos núcleos urbanísticos en zonas forestales, reduciendo la superficie forestal, aumentando el riesgo de incendios forestales y dificultando las labores de extinción.

En las últimas dos décadas está aumentando desmesuradamente el riesgo de incendios forestales debido a que el número y superficie de las urbanizaciones está en constante crecimiento por la explosión inmobiliaria que busca preferentemente zonas forestales de gran valor paisajístico. Ello está provocando la aparición de nuevos incendios en el entorno de las urbanizaciones, un mayor riesgo para las personas y bienes que en ocasiones para abandonar la zona dependen exclusivamente de una carretera que atraviesa zonas forestales, y un elemento de distracción de los equipos de extinción, que abandonan la lucha contra el incendio para evitar que se quemen las viviendas.

Entre 1987 y 2000, las zonas urbanizadas y las de redes de transporte crecieron en 137.770 hectáreas; y si sumamos las zonas de extracción minera y de vertederos necesarios para atender a dichas construcciones la superficie artificial aumentó hasta las 240.166 ha. En ese periodo desaparecieron 250.730 ha de suelo forestal, de éstas 6.536 correspondían a bosques de frondosas, 59.933 a bosques de coníferas, 55.520 a pastizales naturales, 26.436 a zonas de matorral y 157.208 a vegetación esclerófila.

Pero la situación se ha agravado en los últimos siete años, ya que en 2005 se visaron 800.000 nuevos proyectos de viviendas y en 2006 otros 920.000 proyectos de viviendas, lo que indica que la reducción de la superficie forestal ha sido mucho mayor desde el año 2000.


Ecologistas en Acción considera muy grave y alarmante la dinámica en la que han entrado la mayoría de las comunidades autónomas permitiendo e incluso promoviendo proyectos urbanísticos irracionales sobre terrenos forestales.

La dispersión territorial de los nuevos núcleos residenciales en espacios forestales, incluso en algunos espacios naturales protegidos, está aumentando el grado de vulnerabilidad y de peligro sobre personas, bienes y medio ambiente en caso de incendio forestal. Estos núcleos urbanos, carecen en casi todos los casos de medidas de autoprotección, lo que los hace tremendamente vulnerables a los incendios forestales.

Además, la cercanía de estas urbanizaciones a los terrenos forestales aumenta las actividades con riesgo de provocar incendios forestales como son las barbacoas, el paso de vehículos a motor, las quemas de residuos de poda o la utilización de material pirotécnico. Por no hablar de que las especies utilizadas en los ajardinamientos y setos de cerramiento suelen ser resinosas (pinos, abetos, arizónicas, thuyas, etc.) altamente inflamables y propagadoras en caso de incendio.

Cuando se produce un incendio forestal, la existencia de dichos núcleos de población supone un elemento de distracción notable para los medios de extinción que se ven obligados a proteger dichas construcciones e incapaces de establecer las estrategias más adecuadas para extinguir el incendio de las masas vegetales, con lo que se corre el riesgo de que el fuego se descontrole y provoque grandes catástrofes como las sufridas los últimos años.

Por todo ello, Ecologistas en Acción considera imprescindible frenar totalmente la construcción de nuevas urbanizaciones en zonas forestales e insta a las Comunidades Autónomas a que prohíban la construcción en zonas forestales.

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