A juicio de las organizaciones ecologistas Ecologistas en Acción,
Federación Ecoloxista Galega (FEG), Greenpeace, Sociedade Galega de
Historia Natura (SGHN) y Verdegaia, la memoria sobre los incendios
forestales del año 2006 presentada por la Fiscalía de Galicia confirma
las posiciones defendidas por ellas y desacredita las especulaciones sin
fundamento manejadas sobre las causas de los incendios, constituyendo una llamada de atención sobre la importancia de los incendios debidos al uso tradicional del fuego en el medio rural. Asimismo, puede leerse como un «tirón de orejas» para todos los políticos que, en el año pasado o antes, han usado irresponsablemente los incendios como arma partidaria y han pretendido reducir el complejo problema social de los incendios principalmente a una cuestión técnica y policial .

Las organizaciones firmantes destacan las siguientes conclusiones
formuladas desde la Fiscalía:

- La ola de incendios registrada entre el 4 y el 15 de agosto de 2006 no
supuso un hecho inusual en Galicia. Se contabilizó cuando menos una ola cada año desde el 2000, «siendo el número de incendios similar e incluso superior al del año 2006». Sólo se diferenció por las «condiciones
climatológicas extremas, que no se dieron en el resto de los periodos».
Esto, junto con insuficiencias y fallos importantes en el dispositivo de
extinción —que no evalúa la Fiscalía- explican que sus consecuencias
fueran tan devastadoras.

- No existen pruebas de tramas o de terrorismo incendiario, ni nunca
existieron. Tampoco se comprobó que determinados incendios sucedidos en 2006 pretendieran causar alarma social.

- Las motivaciones políticas, urbanísticas o relacionadas con la venta de
madera tienen «una incidencia cuantitativamente insignificante en
relación con el número total de siniestros». La principal causa de los
incendios es el uso tradicional del fuego en el medio rural. En este
sentido, el elevado número de quemas autorizadas por la Xunta (una media de 300.000 anuales) y la falta de su control adecuado originan un número importante de incendios.

- El «incendiario-tipo» actúa solo, está vinculado a actividades
agrícola—ganaderas, vive en una localidad próxima al lugar del incendio
y a veces puede reincidir, distinguiéndose tres perfiles: el imprudente, el incendiario y el pirómano. En particular, el imprudente es responsable de un importante número de incendios, caracterizándose por usar el fuego como herramienta agraria «de forma indisciplinada,
incontrolada o sin adoptar suficientes medidas de prevención, a lo que
se añade, en no pocos casos, carencia de capacidad física por razones
de edad, lo que, en algunos casos, provocó que el siniestro tuviese
consecuencias fatales».

- Cuando los incendios son investigados en profundidad, la proporción de incendios intencionados desciende del 85% al 60%, por lo que las
estadísticas basadas en simples estimaciones de las causas de los
incendios sobrevaloran la intencionalidad.

En consecuencia, entendemos que:

- La Xunta y el resto de las Administraciones, en general, y la
Conselleria del Medio Rural, en particular, así como las fuerzas
políticas, deben tomar buena nota de la Memoria de la Fiscalía y actuar
en consecuencia.

- Es prioritario incidir sobre las causas inmediatas de los incendios
relacionadas con el uso tradicional del fuego en el espacio rural y
restringir las autorizaciones de las quemas agrarias, reforzando su
control y no concediendo ayudas para ellas[1]. Asimismo, la
Xunta debe dar ejemplo y abandonar el uso de las quemas prescritas.

- Las Fiscalías provinciales deben estudiar la posibilidad de interponer
querellas contra los delegados de la Consellería del Medio Rural que
hayan autorizado quemas agrarias que hayan dado lugar a incendios.

- Es necesario mejorar el conocimiento de las causas de los incendios,
aumentando la proporción de aquellos que son objeto de una investigación en profundidad. Hoy se desconocen las causas del 7% de los incendios y las motivaciones del 49% de los incendios intencionados.

- Es urgente dejar de usar irresponsablemente los incendios como arma
grosera de confrontación partidaria, como ha sucedido bajo todos los
Gobernos autonómicos de Galicia habidos hasta hoy.

- Considerar las reformas legislativas propuestas por la Fiscalía, sin
incurrir, como indica la propia Fiscalía, «en la ingenuidad de pensar
que la ley penal pueda resolver, por si sola, la dimensión del
problema». Por ello, es necesario consensuar un modelo de gestión del
monte que tenga como objetivo final superar el enquistamiento de la
honda problemática social y política que impide finalizar con esta lacra
de los incendios forestales. En este sentido, reclamamos la elaboración
de una Ley de Montes autonómica y de un nuevo Plan Forestal de Galicia y la potenciación del papel del Consejo Forestal de Galicia como órgano de participación social.

[1] A Orde do 12 de xullo de 2007 (DOG 141 de 20/07/07) de
axudas para a valorización integral e promoción da multifuncionalidade
do monte, contempla axudas para a realización de queimas controladas
(punto 3.4.1).