Un estudio sobre su cortejo demuestra la crítica situación de esta especie.

Sofía Menéndez, periodista ambiental. Revista El Ecologista nº 37.

Fuerteventura, la segunda isla en extensión de Canarias, y hasta hora la más virgen, sufre el boom de la construcción más grande de su historia, acompañado de una verdadera oleada de corrupción urbanística, que está haciendo estragos en el medio natural. La hubara canaria, un ave conocida por los majoreros como avutarda y en peligro de extinción –declarada símbolo de la naturaleza por el Parlamento de Canarias– sufre las consecuencias de este desastre ambiental.

Desde el censo de 1998 al de 2003 el número de machos de hubara canaria ha descendido en Fuerteventura un 35%, a causa de la presión turística y urbanística, unida al abandono de la agricultura tradicional.

Las carreras nupciales del macho de esta emblemática ave, que todavía sobrevive en Fuerteventura y Lanzarote, han servido al ornitólogo Joachim Hellmich para establecer con certeza la grave situación de descenso de la población de esta especie. La clave, descubierta gracias a los estudios de este investigador, es la fidelidad del macho de hubara canaria al mismo punto de su territorio –prácticamente al mismo metro cuadrado– donde anualmente realiza la seducción de la hembra. De esta manera, el control del núcleo de reproducción en los lugares donde se ubican los machos reproductores –prevalentes jerárquicamente dentro de un grupo de individuos– sirve de indicador para averiguar la tendencia demográfica de la población.

Joachim Hellmich, miembro del grupo de aves esteparias de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha realizado estos estudios en el marco de un proyecto desarrollado por la ONG local Agonane de la Federación Ben Magec– Ecologistas en Acción. El programa ha sido financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, y en él también ha colaborado el Cabildo de Fuerteventura.

La avutarda, símbolo de la naturaleza de Fuerteventura

La hubara canaria, Chlamydotis undulata subsp. fuertaventurae, es una especie de avutarda de medio tamaño, clasificada en el Libro Rojo y en los Catálogos –Nacional y Autonómico– de Especies Amenazadas como en peligro de extinción. También fue declarada, en 1991, símbolo de la Naturaleza de Fuerteventura por el Parlamento de Canarias.

Dentro de las aves esteparias, la hubara es la única que en el cortejo realiza estas peculiares carreras nupciales; el macho puede realizar hasta ocho mil carreras en la temporada de reproducción, desde diciembre a abril. El plumaje de la hubara, críptico y mimético con el paisaje estepario, y su comportamiento bush rounding (esconderse paralizada detrás de una mata o una piedra), hace muy difícil realizar censos de esta ave. Por eso Hellmich, ha aprovechado los momentos de cortejo para realizar el conteo.

El factor que desencadena la reproducción de la hubara es la lluvia. En los años de mucha agua, esta ave puede sacar adelante hasta tres pollos, pero lo normal es que incube dos huevos.

“Hay sitios de carrera utilizados ya en 1980 que siguen ocupados en 2003. El ‘núcleo de reproducción» dentro del territorio donde llevan a cabo el cortejo mantiene determinadas características (posibilidad de control visual mutuo de los machos vecinos, con una distancia media de unos 700 metros entre ellos, situados en puntos dominantes en el paisaje).

“Cuando uno de estos sitios se queda vacío por desaparición de ‘su» macho reproductor, otro macho debería ocuparlo. Pero esto en algunos casos no se está produciendo”. Las observaciones de los sitios de carreras controlados a lo largo de varios años indican que no hay machos suficientes para sustituirlos, por lo que Hellmich estima que está descendiendo la población.

Este investigador lleva ocho años (desde 1996 a 2003) censando los machos de hubara canaria en época de cortejo en la región noroeste de Fuerteventura, y en la isla entera ha realizado el control de los núcleos reproductores en 1998 y en 2003. Durante 2002 extendió sus investigaciones a los machos de las zonas arenosas de Lanzarote.

Los estudios de núcleos reproductores en la Zona de Especial Protección para las Aves de Lajares, en el noroeste de la isla, en una de las áreas más importantes de esta ave, han comprobado que el 82,5% de los lugares de cortejo de la hubara se han quedado fuera del espacio protegido, la ZEPA-101. Asimismo, otros muchos puntos de parada nupcial se ven afectados por planes urbanísticos, campos de golf, vertederos, extracción de áridos y carreteras, y en general por la presión humana.

El Plan de Acción de la Hubara Canaria, coordinado por Borja Heredia en 1994 para BirdLife Internacional, proponía ya realizar estos censos de machos reproductores para completar los datos obtenidos con los censos globales cada 3 o 4 años. El último de estos seguimientos, sin embargo, se llevó a cabo en noviembre y diciembre de 1994, cuando la estimación de la población de toda Canarias era de 559 hubaras. Este censo, realizado por el departamento de Zoología de la Universidad de La Laguna, contabilizó 189 ejemplares en Fuerteventura y 179-184 en Lanzarote. En la actualidad, según Hellmich, se desconoce el status numérico de la población canaria, aunque los resultados de los censos que ha llevado a cabo de los “núcleos de reproducción” son muy preocupantes.

Recuperación de gavias para mejorar la dieta

La gavia y los nateros, el sistema agrícola tradicional de la isla de Fuerteventura, se han convertido en ejemplo a seguir en todas las regiones de climas áridos, por su alta capacidad para retener agua y reducir la erosión. De hecho los cooperantes alemanes lo están utilizando en zonas del Sahel.

En la última Cumbre de la Tierra en Johanesburgo, se planteó como una línea de desarrollo sostenible para seguir por los países con pocos recursos hídricos. Sin embargo, en Maxorata, como antiguamente denominaban a esta isla Canaria, el sector primario se está abandonando en favor del turismo.

El proyecto de Agonane–Ecologistas en Acción ha puesto en funcionamiento diversas gavias abandonadas en distintas zonas de interés ornitológico de la isla para mejorar la oferta alimenticia, a lo largo del año, de la hubara y otras aves esteparias. Estos sistemas inteligentes del pasado para la conservación del agua de escorrentía, mediante unos diques laterales de tierra (trastones), mantienen la humedad para poder cultivar.

En la definición que realiza de las gavias, el edafólogo majorero Juan Miguel Torres, señala que son un ejemplo de sostenibilidad y armonía entre el hombre y la naturaleza: se conserva el agua, se lucha contra la erosión, se preserva las variedades de cultivos locales (19 especies cultivadas desde hace siglos y adaptadas a las condiciones ambientales de la isla), aumenta la productividad biológica y aumenta la biodiversidad (una mayor vegetación favorece a los otros niveles de la cadena trófica).

La restauración de las gavias ha contado con la participación de la maquinaria agrícola del Cabildo Insular de Fuerteventura, organismo que también ha aportado las semillas. En total se han recuperado más de 30 gavias y plantado semillas de especies majoreras, así como alfalfa en cinco canteros de la finca Rosa de los Negrines y doce en la de Catalina García.

La búsqueda de legumbres endémicas de la isla ha sido otro de los objetivos añadidos a este proyecto. Únicamente los agricultores más ancianos conservan la lenteja, el garbanzo, la arveja y el chícharo majoreros, y no es fácil conseguir que se desprendan de ellos. Después de explicarles la necesidad de recuperar a gran escala estas semillas han ofrecido su participación aportando las simientes de estas especies.

En la divulgación de este proyecto de conservación de aves se ha querido involucrar a los consumidores de productos naturales, ya que la gavia es una de las formas de cultivo más ecológicas que se conocen, al no ser necesario utilizar fertilizantes, ni productos tóxicos. Es de gran importancia contar con el respaldo ciudadano, sobre todo teniendo en cuenta que Canarias es una de las Comunidades Autónomas con más incidencia del cáncer de mama por pesticidas, según los propios datos de Sanidad autonómica.

El proyecto ha contado con el respaldo de conferenciantes expertos en agricultura ecológica, del Jardín Botánico Viera y Clavijo de Gran Canaria, así como con el responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace.

La gavia escolar

El proyecto contribuye también a que los más pequeños descubran el valor de la agricultura tradicional, y para ello cuenta con una gavia escolar, un cuento financiado por el Cabildo Insular, en el que han participado la pedagoga del Cabildo Insular, Mónica Barrera, y uno de los diseñadores de más prestigio de las islas orientales, Juan Cabrera. El cuento se ha distribuido en las localidades donde se realizan los trabajos de recuperación de gavias, junto con camisetas y póster.

La vistosidad de la parada nupcial de la hubara canaria es tan espectacular que algunos la han definido como la drag queen de las aves esteparias. La danza del macho comienza, primero, en una posición prácticamente inmóvil, después estira el cuello y echa la cabeza hacia atrás de forma exagerada; el plumaje de su cabeza y su pecho se convierten en una llamativa bola de plumas blancas, y como si de un tic se tratara, emprende rápidas carreras en círculos, levantando las patas hacia adelante –parecido al pateado con sus enaguas de una bailaora flamenca–, y frenando en seco cada siete u ocho círculos, hasta volver de nuevo a su posición inicial.