La red europea EniD (European networking initiative on Desertification) y Ecologistas en Acción consideran urgente que la próxima conferencia de Naciones Unidas, que se celebra la semana próxima en Madrid, represente un punto de inflexión en la lucha contra la desertificación. Solo actuando de forma urgente, se podrá frenar este fenómeno, que empuja a millones de personas a emigrar a Occidente.

Los africanos que atraviesan el mar para alcanzar las Islas Canarias o las costas europeas, lo hacen a menudo obligados por la desertificación: la degradación del suelo de las regiones áridas. La iniciativa europea en red sobre la desertificación (EniD) y Ecologistas en Acción, en asociación con otras organizaciones de la Sociedad civil a nivel mundial, lanzan esta semana un llamamiento de emergencia para pedir a las Partes de la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertificación (UNCCD), que se reunen a partir del lunes en Madrid, que tomen medidas inmediatas sobre el terreno e involucren a la sociedad civil para alcanzar el desarrollo sostenible en zonas secas.

En Europa, España es un excelente ejemplo de lo que esta pasando a nivel global. Está experimentando una severa degradación y pérdida del suelo fértil, y además esta sufriendo las consecuencias desestabilizadoras del mismo fenómeno que encontramos en todas partes: la migración. Más de 2 mil millones de personas en zonas secas de América Latina, África y Asia dependen sobre todo de la agricultura para ganarse el pan diariamente. 1,2 mil millones de ellos se encuentran afectados por la desertificación según las fuentes de NN UU. En el peor de los casos, el escenario de degradación de los suelos afectaría a la seguridad alimentaria, incrementaría la pobreza, dispararía las migraciones internacionales a gran escala, los conflictos intra-regionales y la inestabilidad social. Según el ministro de gestión del territorio de Argelia, hacia el 2025 unos 65 millones de refugiados de África estarán llamando a las puertas de Occidente, empujados por la desertificación.

Si los países desarrollados continúan ignorando el problema de la degradación del suelo, pagaran en última instancia un alto precio económico y social. Se ha estimado que el coste económico anual de la desertificación en el mundo excede los 42 mil millones de dólares americanos, incluyendo las perdidas de bienes producidos y el daño a los recursos naturales, mientras que el coste de combatir la desertificación está estimado entre unos 10 y 22 mil millones de dólares americanos al año. Si se actúa ya, la rehabilitación del suelo todavía es posible. Esta conferencia debe ser por tanto un punto de inflexión para la Convención, donde las Partes afectadas y donantes deberían tomar sus responsabilidades. Deben tomarse decisiones cruciales sin demora para evitar que la UNCCD muera silenciosamente, y las zonas secas con ella.

EniD y Ecologistas en Acción proponen 5 puntos para mejorar el funcionamiento de la Convención, y lograr así dar marcha atrás al proceso de degradación del suelo:
- la sociedad civil puede y debe jugar un papel vital en la transformación de los objetivos en resultados, orientados a la acción local.
- la sociedad civil debe tener un estatus oficial en los diversos procesos de negociación de la Convención.
- la investigación debe estar más conectada con la realidad local; debe involucrar a los actores locales y ser directamente traducible en acciones sobre el terreno. El Comité de la Convención de Ciencia y la Tecnología debería restablecer su efectividad.
- invirtiendo en recursos humanos, a través por ejemplo de la construcción de capacidades y de compartir conocimientos, en vez de la creación en superestructuras y marcos, es más probable avanzar hacia el desarrollo sostenible sobre el terreno.

Finalmente, compromisos concretos de todas las partes interesadas, especialmente aquellas ligadas a sus responsabilidades, son prerrequisitos si se espera y se quiere alcanzar cualquier desarrollo de las zonas secas.