Pablo CotareloNusa Dua-15/12/2007. El esperado documento no incluye explícitamente reducciones del 25-40% en 2020 para los países industrializados. En las sesiones más largas de la historia de las negociaciones sobre cambio climático el resultado obtenido finalmente dista de ser el mejor posible. Incluso se aleja de ser el que se esperaba tan sólo dos días antes.

La decisión de la Unión Europea de anunciar su renuncia a participar en la Reunión de las Mayores Economías, auspiciada por Estados Unidos, si no se producían grandes avances en las negociaciones, abrió una ventana a la esperanza. En los primeros momentos se mantuvo que, un rango de reducciones del 25-40% para los países industrializados, aparecería en el preámbulo del documento, dotándolo de la ambición necesaria para afrontar el problema del cambio climático en el futuro según los mejores conocimientos científicos.

Un documento que no incluye explícitamente el citado rango de reducciones significa una rebaja a la importancia que el Cuarto Informe del IPCC (siglas en inglés del Panel Intergubernamental de Cambio Climático) realmente tiene. La responsabilidad de los representantes de los países es traducir a acuerdos el mejor y más avanzado conocimiento científico existente. Desgraciadamente en esta ocasión no se ha materializado el espíritu de este mandato ético.

En cualquier caso, la sociedad mundial merece que el entusiasmo demostrado por algunos delegados al aprobarse la Hoja de Ruta y la amplitud de las posibilidades que refleja, permitan avances más ambiciosos y rápidos en el futuro más cercano. Nunca debemos olvidar que, la solución al problema más grave al que se enfrenta la humanidad, está en juego. El peso de la responsabilidad que deben soportar los gobiernos crece por momentos, cada día que pasa es mayor. Los habitantes del planeta no permitirán una hipoteca tan desastrosa como un cambio climático incontrolable.


Viernes 14/12/2007

Las consecuencias de establecer cifras concretas en el mandato de Bali

Pablo Cotarelo

Pablo CotareloNusa Dua-14/12/2007. Existe un amplio consenso en que, establecer un rango de reducción de emisiones para el futuro en la línea de los estudios científicos, es esencial.

Normalmente analizar las situaciones desde una perspectiva global resulta bastante clarificador. Te permite establecer una serie de prioridades para alcanzar los objetivos que te propones, lo cual además hace que ahorres muchos esfuerzos.

El planteamiento de las posturas más ambiciosas sobre el proceso climático podría presentarse de la siguiente manera:

El 4º Informe del IPCC (siglas en inglés del Panel Intergubernamental de Cambio Climático) es el conocimiento científico más preciso y avanzado sobre el tema, y en él se refleja que habría que reducir las emisiones en 25-40% para 2020 para no sobrepasar el límite realmente peligroso de los 2ºC de aumento de temperatura. La experiencia obtenida con el Protocolo de Kioto indica que concretar y cuantificar los objetivos de reducción de emisiones con suficiente antelación es de gran ayuda para su posterior puesta en marcha y cumplimiento. Siempre es más efectivo apuntar a un objetivo concreto y claro. Eso es indudable.

En estos momentos Estados Unidos, con algún apoyo importante (Japón y Canadá principalmente), no se muestra por la labor y eso supone un intento de bloqueo al proceso de las negociaciones. A pesar de que el año 2009 se cerrará el acuerdo a cumplir a partir de 2012, es indispensable concluir los aspectos más importantes lo antes posible, es decir, ahora. Las cifras concretas son el aspecto más importante. Todo el mundo planifica con ellas, todo el mundo depende de ello.


Jueves 13/12/2007

Los atajos a un acuerdo justo

Pablo CotareloNusa Dua-13/12/2007. Existen demasiados obstáculos para que se materialice un acuerdo climático justo.
Los actuales mecanismos para compensar emisiones en los países industrializados y crear desarrollo limpio en el resto se han demostrado ineficaces.

En algún momento se hará patente en el desarrollo de las negociaciones lo que a todas luces es evidente: un acuerdo justo es imposible sin un gran flujo de recursos desde el Norte hacia el Sur. Un acuerdo justo incluiría el objetivo de que todos los habitantes del mundo emitieran la misma cantidad de Gases de Efecto Invernadero. Para lograrlo sin inducir una catástrofe climática, es decir, igualar hacia abajo y no hacia arriba, los países industrializados deberían reducir drásticamente sus emisiones en los próximos anos mientras transfieren tecnología para el desarrollo limpio del resto del mundo. Al mismo tiempo sería enormemente necesario que traspasasen fondos para adaptarse a los efectos del cambio climático, que ya están sufriendo numerosas personas en el planeta.

El ritmo al que se viene produciendo ese trasvase de recursos del Norte al Sur se puede calificar de ridículo a la luz de los hechos. No parece que los mecanismos económicos de mercado en los que se apoya lo favorezca suficientemente. Todo lo contrario, suponen un obstáculo. Los Mecanismos de Desarrollo Limpio mantienen a todo un continente olvidado pues no es rentable invertir en países sin los recursos mínimos; el Fondo de Adaptación no termina de despegar, y ahora parece que lo empezará a hacer bajo el auspicio del Banco Mundial, cuyos métodos provocan más desigualdad de la que compensan; la deforestación evitada, la conservación y la degradación no se favorece, y de nuevo aparece la alargada sombra del Banco Mundial en la elaboración de sus metodologías,…

Las grandes avenidas por las que han de caminar las personas libres, y que conducen a un acuerdo justo para un mundo mejor, tienen demasiados atajos que las cruzan e impiden el avance.

Recordatorio:

  • el 60% de los movimientos migratorios actuales están causados o relacionados con el cambio climático,
  • 1.700 millones de personas no tienen agua suficiente, y se espera que en 2025 sean 5.000 millones,
  • riesgo de hambruna para hasta 550 millones más de las actuales si la temperatura aumenta 3 grados,
  • de los 1.300 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, el 70% son mujeres,
  • …La lista es demasiado extensa.

Miércoles 12/12/2007

La paradoja de Estados Unidos

Pablo CotareloNusa Dua-12/12/2007. A pesar de su actitud tradicionalmente de bloqueo de las negociaciones, muchos siguen esperando que colabore. Desde hace al menos dos años existe una corriente social creciente dentro del país norteamericano que apoya la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero, a la que se opone la postura oficial de su administración.

La visión europea siempre ha interpretado que el autobús de la lucha contra el cambio climático lo conducía la UE. Hasta el momento, y a grandes rasgos, nadie ha objetado que así sea, incluso muchos se han sentido muy cómodos en esta situación. Otra cuestión sería analizar lo muy poco que hace el resto. Pues bien, la velocidad de este autobús netamente europeo, como todo el mundo sabe, es y ha sido más bien lenta. No en vano el peso de las emisiones de la UE es del 17% respecto a las mundiales, mientras que las de, por ejemplo, Estados Unidos son de más del 25%. Es evidente que “nosotros” solos no podemos solucionar el problema, por lo que los conductores continuamente han ido mirando por el rabillo del ojo al retrovisor esperando que viniera alguien más.

Mientras, los conductores o negociadores del país más contaminante del mundo, EEUU (25 toneladas de CO2 por habitante y año, frente a poco más de 2 de China) en los últimos dos años parecía que se habían quedado sin discurso. Según algunos testigos al cruzarse con ellos por los pasillos, bajaban la vista al suelo como con vergüenza por no tener una postura coherente. Sin embargo, en Bali ya se les puede ver la cara, parece que tienen un plan o algo que decir. Algunas pistas para explicarlo: cada vez más ciudades y estados federales se han sumado a la lucha contra el cambio climático, el debate ya ha llegado tímidamente al Congreso y el Senado norteamericano gracias a una propuesta de ley, y finalmente, las elecciones presidenciales, que todo apunta a que cambiarán totalmente el escenario.

Los efectos de que EEUU comience a conducir su gran autobús y pase a liderar la carrera contra el cambio climático son diversos. La mayoría parecen positivos porque la capacidad de movilización de financiación y voluntades es enorme, pero no podemos olvidar que ellos son los mayores responsables del modelo económico que nos condujo directamente al callejón sin salida del cambio climático. He ahí la paradoja: si EEUU vuelve a imponer su modelo puede cometer errores similares que produzcan, por ejemplo, más pobreza o injusticia en el mundo, aunque la temperatura no suba más de 2ºC este siglo.

Actualidad: el Mandato de Bali parece que tiene en estos momentos más nubes que claros, pero a eso precisamente han venido los Ministros, a despejar el panorama. Seguiremos viendo…


Martes 11/12/2007

La deforestación evitada a escena

Pablo CotareloNusa Dua-11/12/2007. La segunda causa de emisiones de dióxido de carbono en el mundo mantiene la atención de las negociaciones. Los países en desarrollo consiguen que este tema centre una parte importante de las negociaciones. De esta manera parece que se empiezan a definir los puntos clave del acuerdo futuro sobre el clima.

Una de las cosas que aprendes con el tiempo es algo así como que las sorpresas en las Cumbres del Clima no existen y que, si antes de empezar las negociaciones se espera un resultado, lo más probable es que suceda; es lo que algunos llaman “profecía autocumplida”.

Este año es el del Mandato de Bali, un documento que empiece a construir el acuerdo climático para después de 2012. En estos momentos existe cierto atasco para llegar a él pero se avanza lentamente en la dirección prevista.

Ahora bien, una de las “sorpresas” de ayer fue encontrarse con que, un tema como la deforestación evitada y la degradación y conservación de los grandes bosques del planeta, se ha convertido en el nudo central que hay que deshacer para despejar todas las dudas sobre el futuro de la humanidad. Los países donde se encuentran estos bosques quieren que se les compense de alguna forma por cuidarlos y evitar con ello la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera (el 20% del total de las emisiones mundiales). Mientras, los países industrializados no tienen la intención de “regalar” dinero sin tener las cosas más claras, como quién y cuánto tiempo se deben controlar estos lugares, cuánto y cómo pagar, etc. De hecho, este tema se considera tan importante que el acuerdo futuro se demorará el tiempo que sea necesario, aun a pesar de la inmensa pérdida de bosques que observamos todos los años. Eso, al menos, sostiene el Gobierno español.

Los primeros días siempre nos dejan algunos momentos para el recuerdo. Ahora solamente nos queda esperar al acto mediático de cada año, que está por ver si es la anunciada ratificación del Protocolo de Kioto por parte de Australia o si hay preparada otra novedad. Esto último no parece que le gustase mucho al Gobierno de este país.

Mañana hablaremos de quién conduce el autobús más grande.

Por cierto, los ministros empiezan a trabajar hoy en Bali. Veremos…


Lunes 10/12/2007

Llega la hora de la verdad de Bali

Comienza la segunda semana de la Cumbre del Clima Las esperanzas de lograr un acuerdo para cuando finalice el Protocolo de Kioto en 2012 deberían comenzar a fraguarse esta semana en Bali.

Los países que se encuentran representados en la llamada COP13 de Bali se juegan el futuro de la humanidad en estos días. Persiguen crear una agenda con un calendario y objetivos medibles para las próximas dos Cumbres del Clima (o COPs, según el vocabulario climático), que permita ofrecer como resultado una especie de Protocolo de Kioto para después de 2012. Si se cumple lo que está previsto, este acuerdo podría llamarse “Protocolo de Copenhague”, ya que allí se celebrará la Cumbre en 2009.

Ecologistas en Acción vuelve a estar presente en la Cumbre del Clima un año más. Desde aquí representaremos y haremos oír las posiciones ecologistas, aquellas que son necesarias para evitar un cambio climático catastrófico en las próximas décadas.

En realidad, cada día llega la hora de la verdad porque cada día todos y todas, desde los políticos hasta el habitante más remoto del planeta, tomamos decisiones que ayudan a mejorar o empeorar el estado del clima. Debemos tener la esperanza de que las primeras sean más importantes, en calidad y en cantidad, que las segundas. Porque el fenómeno del cambio climático y sus efectos no se detienen, y el ritmo al que avanzan es, desgraciadamente hasta ahora, más rápido que el de las negociaciones políticas.